Amén (2002)

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

“Incomodar, provocar, denunciar”. Ese es el rol que cumple el cineasta Constantin Costa-Gravas, según Néstor Tirr, periodista de La Nación de Argentina.

No en vano el director se ganó esos calificativos: en el 2002, se atrevió a lanzar una controversial película en la que dejó al descubierto la indiferencia y la complicidad con que el Vaticano toleró los crímenes del régimen nazi.

“Con ambición de rigor histórico, Amén buscó repartir responsabilidades en el Vaticano, en concreto para Pío XII, por ‘lavarse las manos’ como Poncio Pilatos ante las atrocidades del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial”, señaló la agencia de noticias EFE.

El filme se basa en la obra teatral El vicario , de Rolf Hochhuth, la cual causó tal escándalo que obligó al Vaticano a revisar ese episodio histórico.

“Costa-Gavras ha vuelto al cine y ya ha levantado ampollas. El cartel de su película Amén , en el que aparece una cruz gamada con el brazo inferior alargado hasta formar un crucifijo, ha hecho que la Iglesia ponga el grito en el cielo, nunca mejor dicho”, apuntó el sitio web La Butaca , durante la cobertura del Festival Berlinale del 2002.

Según Costa-Gravas, el Papa nunca habló a su Iglesia durante el Holocausto. “Me interesé por la gente que había resistido y por la resistencia misma. El tema principal de la película es el silencio, la indiferencia de las autoridades constituidas, políticas e intelectuales, y la resistencia de personajes más modestos”, dijo el cineasta.