El Festival Internacional de Cine está listo para madurar

Marcelo Quesada, director artístico del festival, conversó sobre las lecciones aprendidas durante la recién concluida edición.

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El Costa Rica Festival Internacional de Cine es una criatura joven pero ambiciosa. Este viernes concluyó apenas su cuarta edición pero los planes para el futuro son maduros y cuentan con un norte claro.

Así se evidencia al conversar con Marcelo Quesada, director artístico del festival.

Durante una conversación que se llevó a cabo este viernes por la mañana, Quesada relató a La Nación sus aspiraciones hacia el futuro, así como su balance sobre la edición de este año, la primera a su cargo.

Pie derecho

El 2015 significó un punto de quiebre para el Festival.

Cuenta Quesada que urgía establecer una identidad y una personalidad definida como primer paso para una eventual consolidación.

“Esto se logra a través de una variedad de elementos que pasa tanto por la programación como por cosas como la imagen, la comunicación y la escogencia de los espacios de proyección”, dijo.

Se buscaba, así, que la gente se pudiera sumergir en una noción de festival. Esto es, un conjunto de actividades hiladas de forma temática, y no meramente ir a ver una película al cine.

“Siento que hay una muy buena energía y que la gente agradeció ver en el festival una voz más clara y más definida”, admitió Quesada.

Agregó, además, que prefiere que un proyecto como el festival cuente con una voz definida –y que todas sus actividades giren en torno a esta– que complacer todos los gustos del público porque, de esa forma, se expone a la gente a obras que no conocen y que podrían apreciar.

“Estamos bastante contentos porque entendemos que este proyecto, como cualquier otro que procure acercar al público a una oferta cultural que no le resulta cerca, es un proyecto a mediano plazo”, contó Quesada, quien es también codirector y fundador de la distribuidora independiente Pacífica Grey.

La fórmula parece haber sido exitosa.

Pese a que no se cuentan todavía con datos finales sobre la asistencia del público a las salas y distintas sedes, Quesada contó que los números preliminares son bastantes positivos con respecto a lo cosechado durante las ediciones previas.

Lo que sigue

Todavía no se ha comenzado el trabajo para las siguientes ediciones del festival, pues entre este y ahora se extiende el largo camino de la labor pública (el festival es un proyecto impulsado por el Ministerio de Cultura).

Sin embargo, Quesada tiene claras sus ambiciones. Le gustaría, por ejemplo, que el festival pueda consolidarse lo suficiente para recibir estrenos mundiales o regionales de películas producidas dentro y fuera del país.

Quisiera, también, mantener algo que, asegura, ya se consiguió en esta edición: organizar un festival horizontal “que se aleje de lo protocolario, de lo rimbombante y lo elitista”.

Cuenta Quesada que el único requisito para disfrutar del festival debe ser, siempre, el deseo de descubrir nuevas películas.