El día en que Cristodebutó en el cine

Un recorrido por la filmografía de Jesús durante las primeras décadas del cine

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Hace casi 2.000 años, en la madrugada del viernes, el gobernador romano de Judea, Poncio Pilatos, sentenció a un carpintero galileo, que horas más tarde moriría crucificado en las afueras de Jerusalén.

Su nombre era Jesús de Nazareth, protagonista de la historia más conocida del planeta y que ha atraído a decenas de directores casi desde el inicio mismo del cine.

Los hermanos Lumière comenzaron a proyectar las primeras películas de la historia en 1895, y solo un año y medio después, ya realizaban una producción sobre el Nazareno: Vida y pasión de Jesucristo .

“Se trataba de una sucesión de 13 escenas, que duraba algo más de un cuarto de hora, y fue rodada en Horitz, una aldea de Bohemia (Austria), en la que el pueblo representaba en los días de Semana Santa el drama del Calvario”, explica un artículo del historiador español Enrique Martínez-Salanova.

Sin embargo, para algunos estudiosos, la primera vez que la imagen de Jesús apareció en el cine fue en La Passion du Christ (1895), un filme dirigido por Léar y Basile e interpretado por aficionados en un salón de París.

Lo cierto es que la película de los Lumière tuvo tal popularidad que ese mismo año, en varios países, se realizaron rodajes sobre la vida Cristo. La Passione di Gesú (Italia), The Passion Play of Oberammergau (EE. UU.) y The Sing of the Cross (Gran Bretaña), fueron los versiones de los últimos días de Jesús que se estrenaron ese 1897.

A inicios del nuevo siglo, vieron la luz dos nuevas producciones de sello francés: La vie du Jesús (1904) y La Passion de Notre-Seigneur Jesus-Christ (1905), ambas producidas por los hermanos Pathé y dirigidas por Ferdinand Zecca.

“Estaban inspiradas en los grabados de Gustav Doré, con tomas fijas de escenas bíblicas tradicionales, fotogramas pintados a mano y efectos especiales rudimentarios. Durante años fueron usadas como material de evangelización por misioneros en Asia y África”, detalla el texto de Martínez-Salanova.

Creciente. Las cintas sobre Jesús proliferaron durante los años siguientes, sin escatimar gastos. Basta con citar Del pesebre a la cruz (EE. UU., 1912), un filme rodado en exteriores de Tierra Santa y Egipto; y Christus (Italia, 1915), primer intento importante de recrear la vida completa de Jesús, con luces, escenografías, grandes masas de actores y tres años de rodaje en Palestina, Egipto e Italia.

“Una de las grandes películas del cine mudo y de todos los tiempos, Intolerancia (1916), recreaba la vida de Jesús junto con otros episodios históricos, para provocar una reflexión sobre la lucha del amor a través de las edades del hombre”, afirma un documental de Televisión Española (TVE).

En 1923, Robert Wiene filmó I.N.R.I , una producción similar, que combina la Pasión y Muerte de Jesús con el drama de un revolucionario de la época condenado a muerte por asesinato.

El estadounidense Cecil B. de Mille filmó en 1927 la primera versión de Rey de reyes , toda una superproducción para aquella época del cine mudo (duraba tres horas) y una referencia obligada sobre la figura del Nazareno.

La década de 1930 y el advenimiento del cine sonoro, vieron nacer también a tres nuevas películas cristianas: Gólgota (1935), La vie de Jesus (1936) y Ecce Homo (1936).

Romanos. A excepción de Jesús de Nazareth (1942), una poco recordada cinta mexicana, el personaje de Cristo permaneció ausente como centro de una producción cinematográfica durante casi una década. Apoyados en el Technicolor y el Cinemascope, la producción de películas pseudohistóricas tomó fuerza en los años 50. El cine de romanos o péplum fue uno de los géneros principales de aquella época, en los que la figura de Jesús aparecía tangencialmente.

“En algunos de sus títulos míticos, como El manto sagrado (1953) y Ben Hur (1959), la Pasión era mostrada desde la perspectiva de personajes reales o imaginarios que supuestamente presenciaron el ajusticiamiento del Mesías”, asegura el documental de TVE.

Una de las pocas cintas sobre su vida que se produjeron durante esos años fue Day of Triumph (1954), filme hecho por una iglesia protestante con fines catequísticos, pero terminó en salas comerciales.

El inicio de la década de 1960 trajo consigo dos de las más recordadas superproducciones sobre la vida de Jesús filmadas en la segunda mitad del siglo XX: Rey de reyes (1961) y La historia más grande jamás contada (1965).

A la primera, la Legión de la Decencia –encargada de aprobar las películas que se proyectaban entonces– la calificó como una versión inexacta teológica e históricamente. La segunda, buscaba convertirse en la película definitiva sobre la vida de Cristo, basada en reparto de estrellas internacionales y una espectacular puesta en escena de más de tres horas.

Sin embargo, otra megaproducción tomó el lugar de privilegio en la memoria del público: Jesús de Nazareth (1977). El filme, dirigido por Franco Zeffirelli y destinado en principio a la televisión, se convirtió en el más comercial de todos y el más aceptado por los devotos, que 35 años después, aún se estremecen con la mirada del Nazareno.

“Llevar la figura de Jesús al cine corresponde, por un lado, a divulgar y enriquecer el pensamiento cristiano; por eso mismo, la mayoría de las películas se sustentan más en el martirio que en el contenido vital de su mensaje. Además, es una figura histórica atractiva para hacer dinero en boleterías, y de ahí los distintos tratamientos según la época del filme”, asegura el crítico de cine William Venegas.