Chris Columbus, el director de las dos primeras entregas de la película Mi pobre angelito, confesó al medio Business Insider en 2020 que una de las condiciones impuestas por Donald Trump para filmar una escena en uno de sus hoteles fue ser incluido en la filmación de la segunda entrega.
A pesar de su renuencia inicial, Columbus afirma que accedió y rememora que el público respondió positivamente al ver al expresidente de los Estados Unidos interactuar con Kevin McCallister, el personaje encarnado por Macaulay Culkin.
En 1990 se estrenó Mi pobre angelito, narrando la odisea de Kevin McCallister, un niño de ocho años que, accidentalmente, queda solo en casa en Nochebuena, olvidado por su familia que viaja a París. Se convierte en testigo de cómo dos ladrones intentan saquear su hogar, y valientemente, logra impedirlo.
Desde su estreno y hasta su última jornada en taquilla, la película de Columbus recaudó alrededor de $476 millones a nivel mundial. Este éxito dio luz verde a 20th Century Fox para la realización de una segunda parte. En esta entrega, el personaje de Culkin pasa nuevamente una Navidad en solitario, pero esta vez debido a tomar el vuelo incorrecto, mientras su familia disfruta de las festividades en Miami.
En este contexto, Columbus compartió, con el medio anteriormente mencionado, que no todo estuvo bajo su control durante la filmación. Aunque la idea de filmar en la recepción del emblemático The Plaza Hotel de Nueva York fue suya, no dependía de la aparición de su entonces dueño, Donald Trump.
Según relata Chris, al querer filmar en una locación, la producción se acercaba a los responsables del lugar, solicitaba un permiso que implicaba el pago de una tarifa, y comenzaba con el trabajo. De manera similar, se aproximó a Trump, propietario del hotel de 1988 a 1992, para realizar la misma solicitud. A pesar de que el político aceptó y propuso una cifra, también condicionó a Columbus, solicitándole que lo incluyera como personaje en la película.
“Como la mayoría de los lugares en la ciudad de Nueva York, solo pagas una tarifa y puedes filmar en ese lugar. Nos acercamos al The Plaza Hotel, que en ese momento era propiedad de Trump, porque queríamos filmar en el lobby, y (Trump) dijo que sí. Pagamos el precio pactado, pero también dijo: ‘La única manera de que puedas usar la Plaza es si estoy en la película’”, detalló el cineasta.
De esta manera, Chris, a pesar de sus dudas, accedió a la petición para mantener la visión que tenía de la película. Sin embargo, al proyectar la cinta a un grupo de espectadores antes de su estreno, temió una reacción negativa, ya que, aunque en ese momento el empresario no tenía aspiraciones políticas, generaba antipatía en gran parte de la sociedad.
Para su sorpresa, ocurrió lo contrario: los espectadores reaccionaron con entusiasmo al ver la escena donde Trump intercambia diálogos con Culkin.
“Cuando lo proyectamos por primera vez, sucedió lo más extraño, la gente alardeó y aplaudió cuando Trump apareció en pantalla, así que le dije a mi editor “Déjelo en la película, es un momento para el público”, destacó Columbus.
En la escena, Kevin y Trump intercambian:
- Kevin McCallister: Disculpe, señor.
- Donald Trump: ¿Sí?
- KM: Dónde está la recepción?
- DT: Detrás de la sala de espera, a la izquierda.
- KM: Gracias.
No obstante, el director de éxitos de taquilla como Papá por siempre y Harry Potter y la piedra filosofal aseguró que esta exigencia generó cierta tensión durante el rodaje: “Abrió paso a través de la intimidación en la película”.
Esta no fue la única vez que Trump impuso como condición aparecer en una película filmada en su hotel. Ese mismo año, el director de Perfume de mujer, Martin Brest, y su guionista, Bo Goldman, tuvieron que escribir un papel especial para el empresario, quien interactúa con el actor Al Pacino en una de las escenas.
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