Doblaje toma fuerza en Latinoamérica

Enseñar el arte El experto en técnicas de doblaje, Alberto Palasí, visitó el país para ofrecer una conferencia y dos talleres sobre este arte

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Acercar las producciones audiovisuales a la mayor cantidad de personas posibles es uno de los propósitos del arte del doblaje, aunque en este proceso la producción original pueda correr el riesgo de sufrir algunas variaciones en su sentido.

Así lo indicó el argentino Alberto Palasí, experto en esta técnica, quien está de visita en nuestro país para ofrecer dos talleres en el marco del XX aniversario del convenio entre el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), Radio Nederlands Training Center y la Cámara Nacional de Radio (Canara).

Ayer, el experto ofreció una conferencia abierta, en la que habló sobre el doblaje para cine y televisión y algunos aspectos técnicos para realizarlo de una manera correcta.

“El doblaje es un tipo de transferencia lingüística”, expresó Palasí, quien dictó su charla en las instalaciones del INA en La Uruca.

Esta técnica consiste en la sustitución de una voz original por otra; para esto, se requiere de una sincronía casi perfecta entre la imagen y la voz. Según indicó, normalmente corresponde a una sustitución de un idioma a otro, aunque también puede darse en un mismo idioma si, por ejemplo, hay errores en la grabación de la voz original.

Atrapar la atención. En una película, no todo entra por los ojos. La concordancia entre lo que sucede, lo que se dice y cómo se dice es casi tan importante como la trama en sí: por eso, el doblaje es uno elemento adicional para un filme si se está considerando abrir su distribución.

“Algunos países tienen el doblaje obligatorio y hay regulaciones, como en España, pero, normalmente, el método de transferencia de la lengua se determina por los costos, el acceso a las tecnologías y por la cultura y aceptación de la audiencia”, explicó Palasí, quien es profesor de locución y doblaje en la Universidad Nacional de San Luis, en Argentina.

En sus palabras, la necesidad de doblar las películas surgió desde inicios del siglo XX, cuando con las primeras películas mudas exportadas se crea en España la figura del “explicador”, quien debía leer los intertítulos y, como su nombre lo indica, explicar la película.

Con la llegada del cine sonoro se puso más en evidencia este bache cultural e idiomático, por lo que el traducir la voz era fundamental.

“Los primeros doblajes al español surgieron en México, pero con el tiempo se han ido expandiendo a varios países”, indicó el experto.

Palasí mencionó que 400 millones de personas, en 21 países hispanohablantes, consumen películas dobladas al español, con lo que el doblaje se vuelve una herramienta para llevar el cine a todo el mundo.

Latinoamérica tiene una gran variedad dialectal; los acentos de un lugar a otro son muy marcados. Por eso, ha surgido el concepto del “español neutro”, que Palasí definió como aquel español con menos trazas evidentes de acento. Esto se prefiere porque de esa forma no se sesga la producción.

“Una crítica al doblaje es porque puede ser una herramienta de censura, cuando se tergiversa el contenido original. Otra es la mutilación de la voz de los actores, y también el corrimiento del sentido: no se puede buscar el sentido exacto de un idioma a otro, pero se trata de acercarlo lo más posible”, explicó.

“Sin embargo, tiene las conveniencias de que se puede apreciar el contenido y estética de la imagen y lo sonoro, cosa que no sucede con los subtítulos, y puede ser vista por más gente. Lograr una sincronía total, es un arte”, puntualizó.