Hollywood vive, justo ahora, una de las mayores revueltas en su historia. No solo hubo un llamado a boicotear la última edición de los premios Óscar porque ningún actor o actriz afrodescendiente fue nominado, sino que las demandas de igualdad salarial para las mujeres por fin empieza a rendir frutos.
La Comisión para la Igualdad de Oportunidades del Empleo y la Oficina de Programas de Cumplimiento de Contratos Federales anunció que abrirá una investigación para determinar si, efectivamente, hay prácticas prácticas discriminatorias contra las mujeres en el campo audiovisual.
Hasta ahora, muchas han sido las voces de denuncia de sexismo en la meca del sétimo arte. Una de las primeras y, sin dudad, de las más llamativas fue Patricia Arquette, quien en el 2015 aprovechó su discurso de aceptación de la estatuilla por Mejor Actriz de reparto por su papel en Boyhood , para llamar la atención sobre la disparidad salarial.
“A todas las mujeres que han dado a luz, que pagan sus impuestos y que son ciudadanas de esta nación, hemos luchado por los derechos de todos los demás. Ya es hora de que tengamos de una vez por todas el mismo salario (que los hombres) y los mismos derechos para las mujeres en Estados Unidos de América”, aseveró.
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Mientras Arquette pronunciaba su discurso, muchas eran las colegas que la aplaudían a rabiar, como Meryl Streep y Jennifer López.
A Arquette se le unió, ocho meses más tarde, la también ganadora del Óscar Jennifer Lawrence. La protagonista de Los juegos del hambre admitió, en un foro en línea organizado por Lena Dunham, que durante mucho tiempo temió hablar sobre las desigualdades en los salarios de actores y actrices, pues temía ser considerada una persona “difícil”.
“Estoy harta de tratar de encontrar una manera 'adorable' de decir lo que pienso y al mismo tiempo ser tomada en cuenta”, dijo. “Ninguno de los hombres con los que he trabajado se preocupa por ser ‘difícil’ o por parecer muy ‘mimado’”.
La diferencia con sus colegas de reparto en El lado bueno de las cosas salió a relucir en el 2014, cuando el hackeo de datos sensibles de Sony Entertainment reveló que ella percibió un 7% de las ganancias del filme, mientras que sus coestrellas, Bradley Cooper y Christian Bale recibieron el 9%.
El caso de Lawrence es particular. Según el más reciente ranquin de la revista Forbes, la rubia fue la actriz mejor pagada del 2015, con $52 millones. En el bando masculino, el primer lugar fue para Robert Downey Jr., quien se echó a la bolsa $80 millones en ese mismo año. La diferencia, a todas luces, resulta abismal.
Algo similar le ocurrió a Gilliam Anderson, la agente Scully de los Expedientes Secretos X. En la década de los 90, le había tomado tres años cerrar la brecha salarial que había con la coestrella, David Duchovny.
Sin embargo, de cara a la producción de la nueva serie, le ofrecieron tan solo la mitad de lo que iba a percibir Duchovny.
“Creo que es importante que se sepa y que se exponga. Para mí fue desconcertante porque anteriormente me esforcé mucho para que nos dieran un pago justo. Realmente trabajé para lograrlo y finalmente logré algo con ello”, reveló en enero la actriz. Fuentes cercanas a The Hollywood Reporter que, al final, ambos actores recibieron la misma paga.
Otra de las actrices que consideran que Hollywood es una industria sexista es Sandra Bullock. En noviembre pasado, la protagonista de Gravedad dijo a Variety que el problema principal no tiene que ver con los salarios, sino con la valoración del trabajo.
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“Siempre hago la misma broma: ‘Miren, vamos a salir a la alfombra roja, a mí me van a preguntar sobre mi vestido y mi pelo mientras que al hombre que esté a mi lado le preguntarán por su papel y sobre cuestiones políticas’”, dijo.
“Cuando cambiemos la forma en que percibimos a las mujeres y dejemos de pensar en términos de 'menos que', la disparidad en los salarios desaparecerá sola”, agregó Bullock.
Datos científicos. La disparidad no solo ha salido a relucir en los discursos de las mujeres de Hollywood, sino también en investigaciones de género.
Por ejemplo, un estudio publicado en el 2014 por la organización American Civil Liberties Union (ACLU) demostró que menos mujeres ejercieron de directoras en Hollywood en el 2014 que en 1998.
Además, las mujeres directoras solían tener mayores dificultades para lograr reconocimiento en su campo. Para muestra, es la única mujer que ha ganado el Óscar a mejor dirección por su filme Vivir al límite (2010).
Por su parte, una investigación llevada a cabo por el medio digital Polygraph se centró en averiguar si los hombres tienen más diálogos que las mujeres en las películas de Disney y Pixar.
Con una muestra de 30 películas, se determinó que en 22 de ellas, los diálogos eran predominantemente masculinos. En El Libro de la Selva, el caso más extremo, el 98% de las líneas eran de personajes masculinos.
Opiniones encontradas. Para la cineasta tica, Laura Astorga, la desigualdad no es un tema exclusivo de Hollywood, sino que es una problemática universal que también permea esa industria.
Según dijo, las mayores dificultades las enfrentan las directoras. “Las actrices tienen un problema de discriminación económica, pero ya están insertas en el mercado. En cambio, las directoras llegan mercado laboral y ya no les dan las mismas oportunidades que en la escolaridad”.
El crítico William Venegas, por su parte, considera que es América Latina el espacio que mejor valora el talento femenino en el sétimo arte, mientras que Hollywood tiende a la discriminación.
“Hollywood es cruel con las actrices. Cuando envejecen, son marginadas, y estamos hablando de que sucede muy pronto”, comentó. “Esto significa que Hollywood todavía apuesta, en el caso de las mujeres, a la belleza de la actriz, independientemente del talento”.
Mientras tanto, el cineasta Jurgen Ureña considera que en años recientes Hollywood ha sido más receptivo a las mujeres en roles de producción importantes. “Yo tengo la impresión de que hay un fenómeno positivo y que hace que la desigualdad disminuya. Pero de que Hollywood ha sido una industria masculina, liderada por hombres, no cabe duda”.