“Perder la fe es lo peor de todo. Cuando pierdes la fe, no queda nada, pues nadie va a pelear la batalla por ti. En realidad, te debes levantar y seguir peleando; la lucha más difícil de todas es contra tu peor enemigo, que eres tú mismo”.
Con estas palabras, el actor español Javier Bardem explica cómo su personaje Felipe, en Comer Rezar Amar , por tener el corazón roto llega a aislarse y perder la fe.
Tras haber filmado Biutiful , de Alejandro González Iñárritu, y estrenar esa película con Julia Roberts, ha trascendido que Bardem podría incluso actuar en un filme sobre el rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José, en Chile, según la revista Times Live .
En una entrevista facilitada por la distribuidora Discine, Bardem se refirió a sus experiencias en el rodaje de Comer Rezar Amar , su personaje e impresiones sobre el libro.
¿Tiene mucho en común con Felipe, su personaje?
Felipe y yo somos muy diferentes. Para empezar, él conduce y yo no (risas). No, en serio, cuando interpreto a Felipe existe algo en él que me gustaría llevarme. Y creo que es su sentido del perdón. Está bien en su interior, en paz consigo mismo y con lo que es. No aparenta ser alguien más, ante nadie. Para dar algo a otra persona, debes aprender a perdonarte a ti mismo.
¿Cree que todos necesitan un escape del trabajo o de la familia en algún momento?
Por supuesto, aunque yo diría que el paraíso está donde tú quieres que esté. Quiero decir que si realmente aprecias las cosas más valiosas de la vida, entonces puedes encontrar el paraíso en la siguiente habitación. Para mí es estar rodeado de las personas que amo, amigos desde que teníamos 12 años, sin importar qué hacemos, solo quiero estar con ellos, reír y burlarnos de nosotros mismos, pretender que nada importa.
¿Por qué cree que Comer Rezar Amar es tan popular?
Porque todos tenemos crisis parecidas a las de Liz Gilbert, ¿no? No hay una fecha límite para dejar de tener crisis. Cada etapa de la vida viene con una crisis distinta; cuando veo lo que hice cuando tenía 20 años, pienso ‘Dios mío, ¿en verdad hice eso?’ Pero, en ese momento tenía sentido, para mí era importante hacerlo para aprender algo. Creo que vivimos en una sociedad en donde tener todo no es suficiente, y a veces debemos ir a la raíz de lo que es no tener nada, perderse uno mismo, para reencontrar nuestros conceptos básicos. Y lo más básico de todo somos nosotros mismos.
Se fue de viaje solo cuando tenía 20 años, ¿verdad?
Cierto. Planeé ese viaje durante un año con uno de mis mejores amigos, pero en el último momento yo estaba en el aeropuerto listo para tomar el avión y mi amigo no llegó. Lo llamé y dijo que no podía ir, así que partí solo durante dos meses a un país diferente. Fue aterrador estar solo en un lugar donde no hablas el idioma, pero me encantó.
¿Estaba nervioso por trabajar con Julia Roberts?
Cuando llegué, todos estaban cansados, pero Julia estaba ahí, sacando toda la energía. Y para mí fue muy útil, pues era como el chico nuevo del pueblo, te sientes intimidado por ella, pero cuando la conoces sucede exactamente lo contrario. Lo que no aprecias cuando ves la película es que ahí está una actriz que transfiere toda la energía de 350 personas. Si el actor principal decae, no hay película. Para ser el protagonista frente a la cámara necesitas energía y fe.