Crítica de cine: ‘Shaun el cordero’

Hay rebeliones en la granja del todo graciosas que en la ciudad son más humorosas

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En cierta ocasión, el gran Chaplin dijo que con el sonido llegaría la muerte del cine. No fue así y él mismo lo corroboró. Hoy me gustaría ser buen adivino, porque estoy seguro de que en el futuro, cuando se estudie el cine de esta época, se sabrá que al cine actual le fue bien gracias a la valiosa narrativa del cine animado.

Con excepciones, no son los superhéroes ni las guerras galácticas en tercera dimensión los que marcan la pauta del cine actual: son las películas animadas la que han desarrollado toda quimera o imaginación a estratos relevantes, tanto en lo formal como en ímpetu narrador. Sobre todo en este último aspecto.

Ahí está la confianza narrativa del cine: ¡los relatos animados de esta era! Hasta nos podemos dar el lujo de repetir la sentida expresión del escritor francés Marcel Proust: “No amamos tanto al cine por lo que es, como por lo que llegará a ser.”

Este no es el momento de hacer una lista para demostrarlo. Sin embargo, esa virtud de saber contar buenas historias, con la habilidad del mejor cuentacuentos, otra vez está presente en un filme inglés que debemos recomendar con entusiasmo.

Se trata de la película Shaun el cordero (2015), dirigida por Mark Burton y Richard Starzack. Así, tenemos un obsequioso, inteligente y bien logrado filme de los estudios Aardman, solo que –esta vez– han preferido buscar alero de coproducción en Francia y no en Estados Unidos, como lo hicieron antes.

Sus propios directores han manifestado sentirse más a gusto y libres con el humor y temperamento europeos, lo que ha contribuido para la creatividad constante y presente en esta película. Shaun el cordero es gozo sutil y avispado a la vez, con una bien estructurada historia desde el arte del stop-motion .

El stop motion es difícil: exige paciencia y tiempo al tener objetos o sujetos estáticos (casi siempre de plastilina), que se manipulan fotograma a fotograma y se filman para obtener la sensación de movimiento articulado. No se trata de dibujo animado ni es animación por ordenador, aunque se simulan algunos movimientos de cámara por medio de la computación.

Shaun el cordero es filme basado en una serie de televisión. Con su trama, vemos cómo un grupo ovejuno y el perro fiel de la granja se ven obligados a salir del campo a la ciudad para rescatar al granjero que los cuida y unifica.

Los eventos con los que el señor granjero va a dar a la ciudad son tan gozosos como su estadía citadina, donde sufre de amnesia. Igual es con el rescate y regreso al cortijo; aquí los tres chanchitos han hecho desastres: si no está el granjero, los cerdos hacen su propio vacilón (buenísimo).

Esta película nos recuerda humorosas secuencias de Charles Chaplin, Buster Keaton o Harold Lloyd. Sus instantes de humor son sabios, las imágenes nos seducen y la música de Ilan Esshkeri también. El filme dice mucho, pese a que no hay palabras ni diálogos verbales de estilo tradicional (¡notable!).

En efecto, no todas las rebeliones en una granja son como las que pinta George Orwell en su famosa novela publicada en 1945. Por favor, no dejen de ver esta película capaz de hacernos creer en el buen cine, aunque tenga breves problemas de ritmo. Allá ustedes si se quedan sin verla. Por nuestra parte, misión cumplida.

‘Shaun el cordero’

REINO UNIDO, 2015.

GÉNERO: ANIMADO.

DIRECCIÓN: Mark Burton y Richard Starzack.

ELENCO: Animado.

DURACIÓN: 85 minutos.

CINES: Nova, CCM, Cinemark, Cinépolis.

Calificación: Cuatro estrellas de las cinco posibles.