Con cualquier altibajo que se le quiera señalar al chileno Pablo Larraín, sea con una película o con su filmografía completa, se debe aceptar que estamos ante un director de calidad y de una profunda honradez con su arte.
Ahora nos llega su excelente película titulada Neruda (2016), que no es drama biográfico, aunque se apoye en la figura del conocido poeta chileno.
Esta es una semana sorpresiva en la cartelera del país, con la presencia de dos películas latinoamericanas: la brasileña Aquarius (2016) y la chilena Neruda (ya sabemos que los distribuidores en Costa Rica son reacios para traer cine de nuestro continente y hasta para darle pantallas al cine tico).
Pues bien, el argumento que ahora desarrolla Neruda, desde el libreto de Guillermo Calderón, está lejos del romanticismo lírico.
Los acontecimientos se ubican en 1948, en una de las tantas persecuciones sufridas por la izquierda chilena y los trabajadores.
Pablo Neruda, pseudónimo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (1904-1973), no solo es un gran poeta, sino que también fue comunista.
Esto último le vale la persecución, que el actor Luis Gnecco (como Pablo Neruda) refleja muy bien con sus ásperas contradicciones.
Igual, destaca el encono obsesivo del agente policial obligado a darle cacería (importante caracterización del buen actor mexicano Gael García Bernal).
Neruda debe salir de Chile con ayuda internacional, sobre todo del pintor español Pablo Picasso.
El policía se llama Óscar Peluchonneau y el filme transcurre a lo largo de la interesante relación que se establece entre el cazador y la presa, relación de tono dialéctico, con la literatura de por medio, mientras Neruda escribe una de sus mejores obras: su Canto General .
Dicho libro se publicó por primera vez en México con ilustraciones de Diego Rivera y de David Alfaro Siqueiros.
El estilo del director Larraín sorprende a cada momento por su creatividad narrativa.
El metalenguaje literario presente en el filme enriquece el aspecto psicológico y político de los personajes de la película, donde hemos de incluir la estupenda actuación de Mercedes Morán, como la esposa del poeta.
Esto mismo se enriquece con la atinada presencia de la música incidental.
Lo que puede resultar chocante para algunos es el efecto adrede de filmar a contraluz en varias secuencias, hasta blanquear con brillo la imagen del caso, parte del hábito de Larraín, como director, de echar mano a cuanto artificio fílmico haya.
Sin embargo, pese a esto, me resisto a bajarle la calificación a esta excelente película.
En esa onda, el filme gana con la decisión de que el narrador no sea el personaje de Neruda (que habría sido la solución más obvia); por lo contrario, es su perseguidor Peluchonneau: uno ve a Neruda, pero oye al policía.
No puedo terminar esta crítica sin señalar dos momentos sustanciales en la película. Uno es la persecución en el nevoso frío de la montaña. Otro se refiere a los hechos burdeleros que vemos cuando Neruda reta al destino y sale de su escondite.
Ojalá esta crítica los haga ir al cine a ver este excelente filme hecho arte.
Ficha técnica
FILME: ‘Neruda’ Chile, 2016
GÉNERO: Drama
DIRECCIÓN: Pablo Larraín
ELENCO: Luis Gnecco, Mercedes Morán, Gael García Bernal
DURACIÓN: 107 Minutos
CINES: Magaly, Cinemark
CALIFICACIÓN: Cinco estrellas de cinco posibles