Crítica de cine ‘Christopher Robin, un reencuentro inolvidable’: Un mundo mágico y animado sin magia

Resultan más expresivos los animalitos de peluche que los actores reales. El peor trabajo es, definitivamente, el de Ewan McGregor

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He aquí una película que pudo ser más sugerente, emotiva y pegadiza, pero no lo logró. También pudo ser un desastre y se salvó de ello. Ahí quedó, a media agua, como nadadito de bebé en piscina grande. Hablo del filme animado, a la vez con actores reales, titulado Christopher Robin (2018).

A dicha película le agregaron el subtítulo de Un reencuentro inolvidable, aunque el filme sea olvidable, y nos llega dirigido por Marc Forster, realizador de liviana monta. Es posible que sea su culpa la frialdad con que el filme nos relata una historia más bien cálida.

Creo que ustedes se acuerdan de Christopher Robin, el niño a quien le gustaba jugar en el Bosque de los Cien Acres con sus admirables amigos, entre ellos el osito goloso por la miel, el inolvidable Winnie the Pooh, sin que nos podamos olvidar de Tigger ni de Piglet ni de los demás.

Esta vez, el asunto va en que Christopher Robin ha crecido, tiene su familia y, sobre todo, tiene líos laborales que le repercuten en el ámbito del hogar. Por otra parte, por andar tras la miel, Winnie the Pooh se descamina y cruza el límite de la fantasía de su bosque.

Por la razón que fuese, Christopher Robin y Winnie se encuentran en el mundo real del primero, lo que da lugar a algunas graciosas secuencias y obliga al ahora adulto Christopher a regresar al mundo del bosque que tanto ama.

Por distintos puntos de giro de la trama, la historia se va a dar entre ambos espacios: el real y el soto de nuestros personajes (aquí animados como sujetos de peluche). Digamos que es asunto de idas y venidas.

El problema de Christopher Robin: Un reencuentro inolvidable es su falta de magia visual, su ausencia de sortilegio narrativo y su debilidad con el posible atractivo de sus personajes animados. Ahí pierde fuerza dramática el argumento y también pierde encanto el filme.

Aquí justamente, en este punto, debo agregar el mal trabajo de los histriones con una evidente mala dirección actoral. El peor de todos es el actor Ewan McGregor, sin duda el más obligado a hacer más convincente su personaje, el de Christopher Robin.

Curioso, casi increíble, resultan más expresivos los animalitos de peluche que los actores reales: secretos de la animación que le permiten al filme no descalabrarse del todo y mantener algún tierno tono poético. Ellos, los de peluche, logran la amable sencillez que la historia requiere.

A la fotografía, a la música, al guion y a las actuaciones les falta esa mirada personal que sepa combinar elementos dentro del carácter narrativo propio de la fábula (moraleja incluida). ¿Será por eso que la película más bien se nos va por la ruta de lo anodino?

Con cariño incluido por el Bosque de los Cien Acres, me habría gustado poder recomendarles Christopher Robin: Un reencuentro inolvidable, pero mi responsabilidad profesional me lo impide.

Christopher Robin

Título original: Christopher Robin

Estados Unidos, 2018

Género: Animación

Dirección: Marc Forster

Elenco: Ewan McGregor, Hayley Atwell, Bronte Carmichael

Duración: 104 minutos

Cine: Nova, Cinépolis, Cinemark, CCM, Studio

Calificación: DOS estrellas ( * * ) de cinco posibles