Crítica de cine: ‘Cascos indomables’, en moto igual se ama

La descripción del diario vivir de un grupo de mensajeros con sus motos

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Hay un tipo de cine que no es del todo narrativo y que responde a los afanes de quien lo utiliza. Tal es la primera impresión que sentí al ir viendo, en su exposición, la reciente película del realizador Neto Villalobos, costarricense.

Se trata del filme Cascos indomables (2018), donde lo que se le ofrece al espectador es una historia mínima sobre un grupo de mensajeros que, con sus motos, atraviesan el corazón de San José, desde sus arterias y venas.

El “hecho” descrito en pantalla es la suma de pequeños incidentes de los motorizados, eventualidades que no siempre logran establecer un cuerpo narrativo a lo largo del filme. Tampoco lo hace la historia de amor entre “Mancha”, tal su sobrenombre, y Clara, quien trabaja en un albergue canino.

No es que Cascos indomables llegue a ser cine experimental o de vanguardia, a lo sumo podemos verlo como un filme descriptivo, especie de neocostumbrismo para mostrar el comportamiento de un determinado grupo social en su trabajo.

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Súmenle que, gracias al quehacer erótico de sus personajes “Mancha” y Clara, el filme muestra cómo disfrutar del sexo en una moto con un montón de perros cerca. Es parte de la forma asociativa en que se van dando los acontecimientos, simple y llana yuxtaposición para combinar incidentes.

Esa es la sintaxis de Cascos indomables: asociación de secuencias (algunas bien logradas en términos visuales) que no siempre es sustancial. Es probable que de ahí venga la falta de pulimento o de lustre en el diseño de los personajes, muy superficial.

A falta de ese buen diseño, las actuaciones se uniforman por lo bajo, donde más parece haber un ejercicio lúdico de salir en cine que de hacerlo con propiedad, aunque debo darle mérito a Arturo Pardo por darle credibilidad a su personaje (“Mancha”).

En términos conceptuales, la película sí propone mejor su discurso, aunque le falta desarrollo. Ya sabemos que toda película, lo quiera o no, comporta un discurso, y el de este filme va por la denuncia social: los mensajeros en cuestión y Clara son sujetos marginales, explotados en sus trabajos.

Esa explotación social no es casualidad, es parte de la naturaleza del sistema en que se mueve la empresa que los contrata y luego los abandona, quebrándoles sus sueños, sus afanes y llevándolos a la desocupación.

No se trata de que sean sujetos perdedores: solo son víctimas de un sistema injusto. Así, al héroe (“Mancha”) solo le queda el determinismo de salir, de irse al sitio que significa la exclusión social.

El problema de Cascos indomables es la poca convicción de su arte que he preferido llamar no-narrativo (no existe la estructuración de una historia propiamente dicha) y parece una suma de anécdotas que no justifican del todo su acertado final.

Ficha técnica

Título original: Cascos indomables

Costa Rica, 2018

Género: Comedia

Dirección: Neto Villalobos

Elenco: Arturo Pardo, Daniela Pardo

Duración: 84 minutos

Cines: Magaly, Nova, Cinépolis, CCM, Cinemark

Calificación: Dos estrellas de cinco posibles