Crítica de cine: ‘Aquarius’, la mujer como un junco

Si los conceptos de la trama hacen buen juego con el entramado visual, tenemos un buen filme

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He aquí la historia de una mujer, historia que es alegoría. Nos llega mediante un filme brasileño excelente, con el título de Aquarius (2016), dirigido por Kleber Mendonça Filho. La mujer se llama Clara y, en algunos países, la película se titula Doña Clara . No hay problema: si vemos el filme, entendemos que ambos títulos le valen.

Aquarius es el nombre de un residencial que cierta gran corporación quiere demoler. Clara es la mujer que ha sembrado y tejido su vida con más y más vida, año a año, en un apartamento de dicho condominio.

El promotor ha comprado todos los apartamentos de Aquarius, menos el de doña Clara, porque nuestra señora se resiste a venderlo: su vida está ahí y no la va a tirar de manera fácil a los tiburones urbanizadores, insensibles como son y, además, diestros en el juego sucio.

Es el meollo de la trama, y el director Kleber Mendonça Filho nos lleva hacia tal aprieto mediante el retrato –tan feliz como conflictivo– de la vida de Clara; así, desde la mujer joven, felizmente casada y con hijos que celebra el cumpleaños de su tía Lucía.

La fiesta transcurre y, con buen manejo de la elipsis narrativa, dicha fiesta se desvanece hasta dejar una habitación vacía, como si más bien viniésemos de una retrospección o analepsis, creativo juego, para conocer a doña Clara sesentera en años, operada de cáncer de mama, ahora viuda y llena de nostalgias.

¿Cómo lo logra? No importa tanto, pero el filme de manera camaleónica también se impregna de añoranzas como su personaje. Es parte de su eje narrativo. Es parte de la esencia de la historia. Es parte de lo mejor del filme.

Por momentos, Aquarius se permite ser película tan sola descriptiva, como si lo narrativo se estacionara en el pozo de los sentimientos. Aún así, el filme mantiene su interés por mostrar la experiencia humana de la bondad y el sentido común que aumenta con la edad.

Clara, mujer, puede doblarse como un junco ante la adversidad, pero no se quiebra ante ella. Por eso, se enfrenta a la voracidad de los innobles especuladores de tierras y de la pobreza ajena. Por eso, busca el equilibrio de sus sensaciones eróticas. Por eso, hace del intercambio de rutinas la base de la amistad con quienes le son afines.

No crean que la película resulta superficial por ser poética. La complejidad dramática también aparece en coherente mundo narrativo. Ello toma fuerza mediante la intensidad de esa actriz de siempre que es Sonia Braga, quien, con su personaje de Clara, es una sola esencia con la película.

Debo destacar otros aspectos que pasan a ser protagónicos, siempre en concordancia con el contenido del filme. Así, tenemos la estudiada composición de los encuadres, el subrayado útil de la música, la dirección de arte como glosa del relato y su seductora fotografía.

Su entramado visual está siempre en relación directa con los conceptos de la trama y Aquarius pasa a ser filme hipnótico, donde destaca la entereza humana de la mujer. Por eso y otras condiciones que quedan fuera de esta crítica, se determina que no hay razón para dejar de ver este excelente filme.

AquariusBrasil, 2016Género: DramaDirección: Kleber Mendonça FilhoElenco: Sonia BragaDuración: 140 minutosCines: Magaly, CinemarkCalificación: Cinco estrellas de cinco posibles