Crítica de cine: 'Animales fantásticos y dónde encontrarlos'

Lo mejor son los efectos visuales, pero estos no constituyen por sí solos un relato asombroso

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Es difícil enumerar cuántas películas existen con maletas extraviadas, sobre todo en el cine de gánsteres. ¿Cuántas maletas son confundidas por sus respectivos dueños? En comedias hay muchas. Es de no acabar. Maletas y maleteros hay por montones en el cine.

Con todo, prefiero el bolso de Mary Poppins (1964), porque en cine casi todas las maletas tienen el sentido trágico de la caja de Pandora, ese recipiente mítico con los males que aquejaban a la humanidad (solo al final, la esperanza). Pues bien, nos llega otra caja en estos días.

La podrán encontrar en la película inglesa Animales fantásticos y dónde encontrarlos (2016), dirigida por David Yates, realizador con más películas con Harry Potter como personaje, y cuyo estilo se le siente de nuevo (como golpe de mazo), por aquello de la autoría del guion de J.K. Rowling, según la novela de ella.

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No más del principio vemos al personaje Newt Scamander, quien llega a Nueva York con una valija que se la desearía cualquier traficante de drogas: lo que hay adentro es todo un Universo, plagado de animales en extinción. Son animales mágicos o magia revestida de animales.

La película, larga en duración, comienza a ser tediosa muy pronto, cuando se extravía la valija, se escapan algunos animales y demasiados personajes meten la cuchara en el asunto. El único personaje "súper tuanis" es uno que no es mago, precisamente: Jacob Kowalski.

De ahí en adelante, la aventura es jalonada por cuanta ocurrencia venga al cuento, como si todo fuese miríada (cien veces cien) de subtramas. Como al filme no le basta una trama, aparece otra que habla de la lucha entre humanos y magos o, si quieren, de una sociedad equitativa entre ellos. Es el discursillo político.

Dice el refrán que a dos sogas no hay toro bravo. Sin embargo, esas dos sogas del relato no logran darle consistencia a la historia del filme y, más bien, las junta de manera harto arbitraria: a la bulla de lo cocos. Uno, ahí sentado, con el triste acomodo de crítico de cine, se da cuenta de la floja estructuración del relato y del chocarrero diseño de personajes: "¡A mí con flores siendo yo de Heredia!"

Les garantizo que a más personajes, más empeora la trama: es como ver a una gallina al escarbar, que entre más lo hace más tierra se echa encima. Ah, y cuando aparece la "fuerza oscura", que ya aburre en películas del género fantástico, eso se convierte en un arroz con mango. A todo gallinero llega el zorro.

Solo nos queda el gusto por los efectos especiales, artesanía plausible de trucos visuales. Esa es la brisa que refresca y, entonces, el gusto por el filme nos entra por la huella del ojo. La película ahí sí sabe picar el camino, con la ayuda del único actor que cumple de sobremanera su trabajo: Dan Fogler (como Jacob Kowalski).

Quienes sienten alguna rabieta por la opinión aquí expresada, esperemos: faltan como cuatro películas más y tal vez tengan mejor virtud y cordura.

ANIMALES FANTÁSTICOS Y DÓNDE ENCONTRARLOS

Título original: Fantastic Beasts and Where to Find Them

Reino Unido, 2016

Género: Fantástico

Dirección: David Yates

Elenco: Eddie Redmayne, Dan Fogler, Colin Farrell, Katherine Waterston

Duración: 133 minutos

Calificación: Dos estrellas, de cinco posibles