Los Ángeles
El pulso que se preveía entre la cinta de animación Big Hero 6 y el filme de ciencia ficción Interstellar se saldó este fin de semana con victoria para la primera con $56 millones en las salas de Estados Unidos.
Según datos de Rentrak, empresa especializada en medición de audiencias digitales, el filme animado de Walt Disney Studios debutó en 3.761 salas del país y arrastró principalmente a familias (con un 72% de las entradas vendidas) para disfrutar de esta historia derivada de un cómic de Marvel.
El guion cuenta la relación entre Hiro, un prodigioso inventor de 14 años, y Baymax, un robot médico inflable producto de las investigaciones de su hermano mayor, Tadashi, que fallece en extrañas circunstancias.
El estreno de Interstellar, dirigida por Christopher Nolan, recaudó $50 millones para este viaje intergaláctico en busca de esperanza para la Tierra, asolada por desastres medioambientales, tras el que se esconde un drama íntimo familiar.
Un grupo de exploradores, liderado por Matthew McConaughey y Anne Hathaway, hace uso de un recién descubierto agujero negro para superar las limitaciones de los viajes espaciales tripulados y conquistar las inmensas distancias que requiere una misión en los confines del universo.
La obra de Nolan sí logró comandar la taquilla mundial con un total de $130 millones.
El tercer lugar es para el thriller de suspenso Gone Girl, de David Fincher, con $6,1 millones para esta obra protagonizada por Ben Affleck y Rosamund Pike.
La cinta sigue a un hombre incapaz de explicar a la opinión pública cuál ha podido ser la causa de la desaparición de su mujer.
El cuarto puesto es para la cinta de terror Ouija, con $6 millones.
La cinta narra una historia en la que un grupo de amigos debe hacer frente a sus mayores miedos cuando despiertan unos poderes siniestros al utilizar la güija.
En la quinta plaza aparece la comedia St. Vincent, con Bill Murray y Melissa McCarthy, que cosechó $5,7 millones.
En el filme, Murray da vida a un empobrecido y alcohólico veterano del Vietnam que, en contra de toda opinión razonable, se convierte en modelo para un niño de 12 años que acaba de mudarse al vecindario.