¡Alucinante!

Llamen a Norman. Ahí vienen los zombis

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Nos llega otra película de zombis, solo que pensada para la niñez que gusta del terror. Por supuesto, se trata de un terror con mezcla de comedia gozosa y con asaz aventura. Un filme animado, que aquí se exhibe con su título original: ParaNorman (2012), dirigido a cuatro manos por Chris Buttler y Sam Fell.

Ese título se le da para jugar con el concepto de lo paranormal, pero me gusta más el que le han asignado en otros países: El alucinante mundo de Norman . En todo caso, aquí está, con las travesuras del caso y con moralejas importantes. Los adultos pueden aprovechar esta cinta para sí y para conversar con los niños y niñas.

Esta película nos enseña a respetar a aquellas personas distintas a cada uno de nosotros. Igual somos diferentes ante esas “otras” personas. El filme funciona como parábola sobre la tolerancia. En este caso, se trata de un niño prácticamente marginado por los demás, considerado como un “raro”, solo porque tiene el don de ver a los muertos y de conversar con ellos, sean humanos o animales.

Esa característica le permitirá descubrir el misterio de una supuesta bruja, quien suelta una pléyade de muertos vivientes por el pueblito de Norman. Dichos zombis son jueces que, en otra época, ordenaron quemarla viva acusándola de hechicera. Fue en la época del fundamentalismo religioso en Estados Unidos, ese que aún persiste en algunos sectores sociales.

Cuando los muertos vivientes aparecen, Norman está llamado a ser un héroe. El cómo sucede eso, mejor lo ven en el cine. Lo cierto es que Norman, susurrador de fantasmas, hará ejercicio de sus capacidades paranormales y empujarlas hacia linderos de otro mundo.

La trama no solo se comporta como parábola o fábula; también es un cuento bien narrado con tiempo justo, lo que hace que el filme mantenga un buen ritmo por el oportuno cálculo de los tiempos. El diseño de su atmósfera de horror es excelente, incluida la música de Jon Brion, especie de glosa del relato, con personajes muy bien trazados.

En efecto, estamos ante una agradable historia de terror que entiende muy bien a qué público se dirige, mientras ofrece buenas reflexiones. Su animación es lenta a veces, pero –en general– muy buena dentro de su técnica de movimientos animados con figuras hechas de plastilina (“plasticina”) o materiales semejantes. En inglés se le llama “stop-motion”.

El movimiento se logra con un rodaje, fotograma a fotograma, de las distintas figuras hechas. Creo que el resultado de ParaNorman es muy bueno, porque sabe fabular con criterio, amén de su acucioso diseño escenográfico. Película recomendada.