Basura esconde un tesoro para el diseño tico

Materiales y objetos que nadie quiere, inspiran a una nueva generación de diseñadores a crear accesorios únicos y sostenibles. Diseños llegan en todas las formas y colores, invitando a no contaminar

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La inspiración viene de muchas partes. Algunos la encuentran en atardeceres, en una persona amada o en una experiencia de vida transformadora. Otros lo encuentran en la basura.

Sí. Todos los desechos y objetos que usted no ve dos veces en su casa o en la calle, son la materia prima de diseñadores y organizaciones, para crear accesorios modernos, únicos y de alta calidad.

Sombrillas viejas, neumáticos de avioneta, pestañas de latas de refresco, tapicerías viejas y ropa de segunda mano desfilan por la calle en los hombros, pies y cuellos de jóvenes, marcando una nueva tendencia y abriendo paso, poco a poco, para el ecodiseño en el país.

Segunda oportunidad. El concepto del diseño sostenible existe en el país desde hace más de una década. Sin embargo, los accesorios y la ropa reutilizados o reciclados han empezado a seducir, muy recientemente, al público, con su creatividad y buenas prácticas ambientales.

Los bolsos de materiales poco convencionales parecen ser una de las tendencias más fuertes.

La marca Hipnverde, de la diseñadora Natasha Moscoa, utiliza telas consideradas como defectuosas (por estar manchadas o mal cortadas) para sus colecciones de bolsos. La microempresa también emplea tapicerías viejas, cortinas y manteles para dejar una huella distintiva en cada uno de sus productos.

Todos los bolsos son pintados a mano e incorporan adornos hechos con papel de revistas y catálogos.

Por su parte, la marca Pez Cocinado llena de color empaques de tetrabrik y cajas de zapatos, para producir bolsos diferentes a los de todas las tiendas.

Viviana Araya, quien también desarrolla estatuas con basura a partir de desechos recolectados en las playas, afirma que su política en Pez Cocinado es pensar en la basura como un recurso mal ubicado”, y crear formas novedosas de usarla.

Zawate, iniciado por Joseluís Zawate, toma el material de las llantas de avionetas para construir zapatos resistentes. El diseñador afirma que sus piezas (que incluyen bailarinas y botas de lujo), recuperan materiales que de otra forma irían a parar a los ríos.

“Yo me inventé un proceso que se llama Nowata, una técnica que aprovecha la impermeabilización de las sombrillas. A mí me sale más barato comprar material nuevo (para producir los zapatos), pero quiero educar a la gente para que no boten las sombrillas y evitar que contaminen”, aseguró Zawate.

Fin a las copias. Las intervenciones de ropa de segunda mano son un poco más difíciles de encontrar, pero el trabajo garantiza no encontrarse nunca a nadie con la misma prenda en una fiesta o en la calle.

La línea Tripartito prepara una colección que se exhibirá como parte de una muestra colectiva, en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.

Básico, conformado por 25 conjuntos y alrededor de 75 piezas, está confeccionado con ropa vieja, alfombras, cortinas y accesorios desarrollados a partir de piezas de televisores e impresoras, recolectados por San José.

Manuel Veranes, de Tripartito, considera que, pese a la extravagancia de los detalles, las prendas son cómodas y sencillas de usar.

“Hacemos ropa casual para hombres y mujeres. El concepto es tomar prendas aburridas y empezar a ponerles accesorios divertidos”, comentó el diseñador.

De igual forma, la línea Clemencia, creada por Daniela Araya, convierte cortinas, sábanas y ropa americana en vestidos y pantalones a la moda.

La joven, bióloga de profesión, empezó a crear ropa para ella misma con materiales de segunda “para no echar a perder tela nueva”.

Por su parte, los accesorios muestran con soltura el ingenio para producir aretes, collares, piezas para el cabello y anillos de las cosas más inesperadas.

Papel, latas, virutas de lápices de color, corchos y lonas publicitarias dan forma a piezas llenas de personalidad, disponibles en numerosas tiendas de diseño nacional e internacional.

Aunque es una tendencia, varios creadores consideran que el mensaje del diseño ecológico apenas está empezando a calar en los ticos. Los diseñadores coinciden en que las generaciones más jóvenes son las más dispuestas a invertir en productos que no contaminen.

“El que esté de moda (el ecodiseño) puede ayudarnos a crear conciencia. En Costa Rica, cuesta mucho que la gente aprecie el valor agregado de estos productos. Los consumidores todavía prefieren, muchas veces, bolsos de marca o de ¢6.000, que algo exclusivo y original que apoya a mujeres de una comunidad”, señaló Moscoa.