'Game over', Mr. Trump

Dos ticos diseñaron un videojuego que ofrece un reto peculiar al jugador: superar el muro que Donald Trump pretende contruir entre Estados Unidos y México, y el odio que este implica

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¿ Puede un videojuego convertirse en una herramienta de denuncia política, en un escudo en contra del racismo y la xenofobia? ¿Puede, al mismo tiempo, ser tremendamente divertido y adictivo?

Olalla Vargas y José Pablo Medrano creían, desde hace tiempo, que la respuesta a esas preguntas era afirmativa, pero en las últimas semanas han podido descubrir qué tanto.

Vargas y Medrano son ticos, son jóvenes y son los padres de thecookingfox, un pequeño estudio que desarrolla videojuegos. Ella es diseñadora, él es programador: la receta está completa, porque lo otro –el talento, la creatividad, la sensibilidad– ya lo traían desde un principio.

Juntos, han trabajado ya en cuatro videojuegos. Pero uno de ellos, en particular, se ha destacado, tanto en la recepción del público como en su temática.

Se llama Drump the Wall , una aventura en la que los jugadores controlan a varios personajes de la cultura mexicana intentan cruzar el muro que Donald Trump pretende construir en la frontera entre Estados Unidos y México si queda electo como presidente.

Hey, ¿y si hacemos un juego?

El estudio thecookingfox nació como un proyecto personal en el que una pareja de novios invertía su tiempo libre. Con el tiempo, sin embargo, esa idea ha encontrado más y mayores retos. El año pasado publicaron Pierrot , uno de los primeros videojuegos creados exclusivamente para el Apple Watch.

En las próximas semanas lanzarán Tiny Robots y, en julio, tienen previsto publicar su proyecto más ambicioso, titulado Wayang : un videojuego en tres dimensiones basado en el teatro de sombras de Indonesia, en el que se utilizan títeres de varilla.

Precisamente en medio del proceso de creación de Wayang fue que nació la idea de Drump the Wall .

“Surgió de forma casual. Llevábamos varios meses trabajando en Wayang , que es un juego mucho más grande, y quisimos tomar un descanso”, relatan, vía correo electrónico, desde España, donde residen.

A modo de experimento –y también para darse una pausa del estrés del proyecto grande–, se propusieron realizar un juego pequeño en solo dos semanas, al cabo de las cuales lo lanzarían de forma gratuita.

“Un día, mirando diferentes ilustraciones en Internet, descubrimos una de Trump que nos hizo reír”, recuerdan. “Entonces se nos ocurrió la idea. Queríamos poner al jugador en los zapatos de un personaje que intenta cruzar los muros de Trump y vencerlo”.

Así tomó forma Drump the Wall .

Hey, ¿y si hacemos un juego sobre Trump?

En el juego, los personajes representan distintos episodios de la cultura popular mexicana, queridos y reconocidos en toda Latinoamérica y más allá, sobre todo en su vecino del norte. Desde el Chapulín Colorado a la fallecida cantante Selena. Al controlarlos, el jugador debe cruzar una serie de obstáculos al tiempo que topa con frases absurdas y xenófobas del precandidato republicano.

“El juego representa el intento de muchos mexicanos de cruzar la frontera para obtener una vida mejor para ellos y para sus familias”, explica Vargas. “Además, quisimos usar personajes que representaran la cultura e historia que aporta un país como México a otro como Estados Unidos. En el juego se pueden liberar y utilizar a personajes que han permeado el imaginario cultural de toda Latinoamérica”.

Como explicaron vía correo electrónico, “queríamos poner al jugador en los zapatos de un personaje que intenta cruzar los muros de Trump y vencerlo. Aunque la estética del juego está basada en la cultura mexicana, creemos que la crítica que hace es sensible a todos los latinos alrededor del mundo”.

Hey, ¿y si vendemos el juego en Estados Unidos?

El juego –diseñado para ser disfrutado en teléfonos móviles– se lanzó al mercado el 17 de abril y, aunque todavía es muy temprano para contar con estadísticas sobre sus ventas o sobre las calificaciones otorgadas por los usuarios, Olalla y José Pablo aseguran que el juego ha contado con una positiva recepción, a nivel de cantidad de descargas y de calificación del producto, en países de toda Latinoamérica, e incluso dentro de Estados Unidos.

Drump the Wall está disponible para descarga digital en las tiendas de Apple y Google Play, aunque en principio topó con ciertas dificultades para ser incluido en el catálogo de Apple.

“Tuvimos un inicio atropellado, ya que Apple nos rechazó su publicación en el App Store”, comentan.

El gigante norteamericano objetó que el juego era racista en contra de la comunidad latina, y que agredía la cultura mexicana mediante clichés y estereotipos, un argumento que Vargas y Medrano rechazan de plano.

Esta contraposición los obligó a apelar la decisión de Apple, que concluyó con la inclusión de algunos cambios en el juego para no herir ninguna susceptibilidad.

“Después de días de negociaciones, accedimos a realizar algunos cambios en ciertos personajes para poder publicar el juego para iPhone. Por tanto los usuarios podrán notar algunas diferencias entre el juego para Android y el juego para iOS, que pasó a ser una versión lite del juego, pero sin perder su carácter gracioso y adictivo”.

Hey, ¿y si nos oponemos al racismo?

¿Puede un videojuego convertirse en una herramienta de denuncia política, en un escudo en contra del racismo y la xenofobia?

Cuando Drump the Wall no era más que un experimento –la creación de un videojuego en un tiempo limitadísimo–, ni Olalla y José Pablo tenían la intención de incursionar en temáticas políticas ni en elaborar discursos sobre el racismo y la crisis de inmigración que azota al planeta.

Sin embargo, la recepción del juego por parte del público, e incluso el inconveniente con Apple, les ha hecho reflexionar sobre la necesidad de que el tema se discuta y se visibilice desde todas las plataformas, incluyendo la que ellos crean: los videojuegos.

Agregan que creen en los videojuegos no solo como una forma de entretenimiento sino también como una plataforma de expresión. En su caso particular, Drump the Wall es un intento –gracioso, sí, pero real y válido– de que una persona –el jugador– viva en carne propia el rechazo y el odio que se evidencia en los discursos xenófobos de Donald Trump.

“Queríamos, también, dar una imagen de Trump a través de nuestros ojos. Muchos se sorprenden de que todas las frases que dice Trump en nuestro juego son frases auténticas del político”, cuentan.

Ya lo dice la vieja frase, tan repetida, tan certera: a veces la realidad supera a la ficción.

“Un videojuego a menudo cuenta una historia. En este caso, es una historia real y compleja”, relatan.

Tan compleja que el pequeño estudio de costarricenses radicados en España tuvo que vencer muchos obstáculos para que su juego se pudiera publicar en los Estados Unidos. Sin embargo, al contar esta historia –incómoda para algunos, reveladora para otros–, el juego entretenido y adictivo se convirtió también en un comentario político, en un discurso de aceptación, respeto y apertura hacia los demás.

“La inmigración es una problemática que nos afecta a todos. Costa Rica no se escapa, como podemos observar con los hechos recientes de inmigrantes cubanos y africanos, y como la historia nos ha enseñado a través de los años con la inmigración nicaragüense”, cuentan los chicos de thecookingfox. “Creemos que nuestro juego aporta un grano de arena a esta discusión, y por lo menos puso a una empresa gigantesca estadounidense, como Apple, a reflexionar sobre el tema”.

Drump the Wall se puede descargar, de forma gratuita, para Android y iOS.