Unión Google-Motorola atiza guerra de patentes

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Nueva York. AP Cuando una compañía de Internet desembolsa $12.500 millones para comprarle su colección de patentes a una empresa telefónica en apuros, es un indicio más de que en la industria de la alta tecnología las patentes se han convertido en un mazo para vapulear a la competencia.

Google anunció el acuerdo para la compra de Motorola Mobility, específicamente por su colección de 17.000 patentes. Google las necesita para defender a compañías como HTC y Samsung –que fabrican teléfonos con su programa Android– de demandas interpuestas por Microsoft y Apple.

“Google no adquiere Motorola por su tecnología ni su investigación. Las patentes se han convertido en armas legales; ya no representan ideas”, comentó James Bessen, de la Universidad de Boston.

La tendencia, desarrollada durante décadas, plantea cuestiones que la legislación sobre patentes pendiente en Washington apenas empieza a responder.

El desembolso multimillonario de Google para obtener las patentes de Motorola es la culminación de una burbuja en el valor de las patentes relativas a los teléfonos inteligentes que comenzó el año pasado, cuando Microsoft y Apple montaron su ataque legal.

Los observadores de la industria dicen que la burbuja podría estallar ahora que Google conseguirá la protección de las patentes de Motorola en un acuerdo que debe completar a fines de este año o principios del próximo.

Pero un problema subyacente seguirá creciendo: el registro de patentes y la interposición de demandas que distraen a las compañías y desvían recursos que sería más útil invertir de otro modo.

Los ingenieros se la pasan redactando patentes en vez de producir inventos, o reelaborando productos solo para evitar la violación de patentes. Los clientes postergan sus compras debido a las demandas pendientes, y los productores independientes de programas de computación cierran porque no pueden costear las tarifas de las licencias.

“Si uno tiene que desembolsar $12.500 millones para participar, puede darse cuenta de por qué un individuo que tenga una gran idea puede sentirse desalentado”, dijo Julie Samuels, abogada de patentes en Electronic Frontier Foundation. Afecta toda la economía.