Conozca mitos y verdades detrás de los teléfonos inteligentes

Fabricantes y especialistas evacuan las dudas que generan estos aparatos con respecto a la salud y su uso diario.

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¿Dormir con el celular al lado de la cama puede provocar cáncer? ¿La batería de su teléfono se daña si sigue conectada toda la noche? ¿La luz de los dispositivos móviles afecta la calidad del sueño? La lista de dudas que generan los smartphones y otros aparatos inteligentes es interminable.

Por esa razón, fabricantes y especialistas aclaran dudas sobre estos dispositivos que se han convertido en pan de cada día y, en muchos casos, hasta en una extensión del propio cuerpo.

Una de las preocupaciones que han despertado los celulares desde que tomaron mayor protagonismo en nuestras vidas es la posibilidad de que, los bajos niveles de energía de radiofrecuencia que emiten, sean capaces de generar padecimientos como el cáncer.

La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) asegura que la evidencia científica no muestra “una asociación entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos celulares y los resultados adversos para la salud”.

Sin embargo, no descarta la necesidad de investigaciones adicionales para abordar las lagunas de conocimiento que existen, por ejemplo, de los efectos del uso del teléfono celular a largo plazo y en las poblaciones de niños.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), encargada de identificar los factores ambientales que pueden aumentar el riesgo de cáncer en los humanos, indicaba en el 2011 que los campos de radiofrecuencia se encontraban en la categoría de “Posiblemente cancerígeno para los humanos”.

Lo anterior quiere decir que hay evidencia limitada que muestra la carcinogenicidad de la radiofrecuencia en humanos. Solo como punto de comparación, el café se encuentra en la misma categoría que estas radiofrecuencias.

¿Por qué la evidencia es limitada? Según la FDA, aunque algunos investigadores han informado cambios biológicos asociados con la energía de radiofrecuencia, estos estudios no se han podido replicar para obtener resultados similares.

En todo caso, si desea ser precavido puede adoptar algunos hábitos, como reducir la cantidad de tiempo dedicado a usar su teléfono celular o utilizarlo en modo altavoz o con audífonos para colocar más distancia entre su cabeza y el teléfono celular, recomienda la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos.

La salud… de la batería

Por otro lado, a los dueños de smartphones también les preocupa la vida útil de su batería y por ello, una de las principales consultas que siempre se hacen es si “es malo que el celular se siga cargando cuando ya llegó al 100% de la carga”.

Mauricio Quesada, director comercial de Samsung Costa Rica, explicó que las baterías de los dispositivos actuales son “inteligentes” y cuando terminan su carga, no continúan sobrecargándose.

Sin embargo, aconsejó que lo recomendable es “cargar la batería única y exclusivamente cuando es necesario”.

El ejecutivo también llamó la atención sobre los cargadores genéricos, pues es cierto que utilizarlos puede perjudicar la salud del dispositivo.

“Gracias a la naturaleza errática de estos aparatos (el teléfono) puede sufrir daños en el procesador y en el peor de los casos, explotar. Incluso, usar un cargador que no esté hecho por el fabricante de su smartphone es un peligro potencial para el usuario y puede poner en peligro su vida”, aseguró Quesada.

La misma Apple reconoció el riesgo al que se exponen quienes utilizan cargadores genéricos. En 2013, tras varios accidentes con aparatos de este tipo, la compañía lanzó un programa en el que recolectaba cargadores para desecharlos ecológicamente y hasta reducía el precio de los originales para que fueran más accesibles para sus clientes.

Calidad de sueño

La necesidad de estar conectados al teléfono durante todo el día también ha despertado la inquietud de si este y otros dispositivos similares influyen en aspectos como la calidad del sueño y la salud de la vista. La respuesta es sí.

Según estudios recientes, por ejemplo, una investigación efectuada por el Colegio de Optometría de la Universidad de Houston y publicado en la revista especializada Ophthalmic & Physiological Optics, descubrió que la luz azul emitida por dispositivos como tabletas, teléfonos e incluso los televisores de pantalla plana que la gente suele tener en sus cuartos, podrían contribuir a la alta prevalencia de la disfunción del sueño.

La luz azul de estos aparatos es la responsable de activar fotorreceptores llamados células ganglionares de la retina intrínsecamente fotosensibles (ipRGCs), que suprimen la melatonina, hormona que se encarga de decirle a su cuerpo que es hora de dormir.

Una investigación realizada por la Universidad de San Diego y publicada en octubre de este año en la revista especializada Sleep Medicine, también revelaba la forma en la que estos aparatos están afectado el buen dormir de los adolescentes. ¿Por qué? Porque los jóvenes están dedicando a sus teléfonos las horas en que deberían estar durmiendo.

La profesora e investigadora Lisa Ostrin del el Colegio de Optometría de la Universidad de Houston, explicó que existen algunas precauciones que las personas pueden tomar.

Entre ellas “limitar el tiempo de pantalla, aplicar filtros de pantalla, usar anteojos de computadora que bloquean la luz azul o usar lentes antirreflectantes para compensar los efectos de la luz artificial en la noche. Algunos dispositivos incluso incluyen configuraciones de modo nocturno que limitan la exposición a la luz azul”, señaló Ostrin.