Jóvenes muestran su ingenio en apertura del Clubhouse

Iniciativa promueve creatividad, trabajo en equipo y resolución de problemas

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Alrededor de 20 jóvenes expusieron ayer proyectos de robótica, música, video y diseño gráfico durante la apertura de la nuevas instalaciones del Clubhouse en Hatillo.

El Clubhouse es un centro tecnológico en el que los jóvenes de entre 12 y 19 años aprenden gratuitamente fundamentos teóricos y la aplicación de software para la creación de proyectos que fusionan el arte y la tecnología.

Por ejemplo, “Top Scan” es el nombre que Gilbert Quesada, estudiante de 17 años, le ha dado a su proyecto: un modelo a escala de una atracción de un parque de diversiones italiano. Según dijo, su modelo sirve para enseñar principios de física y mecánica. Además, señala, emocionado, el bus a control remoto que construyó: “Amo los parques de diversiones y los buses. Siempre quise un bus a control remoto, pero no lo he encontrado. Entonces, decidí hacerlo”.

Las nuevas instalaciones reflejan el crecimiento que ha tenido la iniciativa que impulsó la Fundación Paniamor hace seis años.

Los jóvenes disponen ahora de dos estudios de grabación, uno de video y otro de música, y de una amplia sala con centros de cómputo. Las instalaciones fueron financiadas y acondicionadas por la Municipalidad de San José e Intel, con la colaboración de la Universidad Veritas, Racsa y Microsoft.

Actualmente, el Clubhouse tiene una capacidad para 200 jóvenes, pero se espera que, para el 2013, beneficie a 500 jóvenes.

El proyecto tiene como propósito empoderar a los jóvenes contra la violencia y ayudar a la reivindicación de sus derechos. Según Wálter Esquivel, de Paniamor: “La tecnología permite a los jóvenes potenciar sus talentos y crecer en lo personal, social y laboral. El Clubhouse tiene efectos positivos tanto en las habilidades de los jóvenes como en la permanencia de ellos en el sistema educativo”.

Pablo Calderón, por ejemplo, de 16 años, demuestra sus destrezas de disc jockey al crear una melodía mezclando canciones diferentes. Él comenta que el aprendizaje del Clubhouse le ayudará a cumplir su meta: “Me gustaría trabajar en radio, ser disc jockey profesional y mezclar mis propias canciones”.

Además de suministrar los recursos para los proyectos, el Clubhouse tiene expertos en tecnología, música y diseño que guían a los jóvenes. Tal es el caso del profesor Esteban Howell, de la Academia de las Artes Éditus, quien enseña conceptos básicos de composición y ritmo en el curso de disc jockeys .