Leslie Feinzaig: “Los juegos son sumamente poderosos y un arma enorme en el sector educativo”

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Un videojuego te cuenta una historia y te atrapa, pero para hacerlo necesita una interfaz. La costarricense Leslie Feinzaig ha trabajado tanto con la forma de estos juegos a su paso por Kinect para Windows, un departamento de Microsoft, como con la narración, a través de su propia empresa de juegos.

Junto a un grupo de colegas, Feinzaig desarrolló el concepto de la computación natural: dispositivos que le permiten a los usuarios comunicarse con la computadora de la manera más intuitiva posible. Desde un comando de voz hasta un simple movimiento de la mano. Invitada al Tedx Pura Vida 2014 , Feinzaig habló con La Nación sobre los retos de la industria.

La computación natural empuja a tener conversaciones sencillas con las computadoras, ¿qué tanto se puede simplificar esto?

No sé las posibilidades, lo único que sé es que las pos son ilimitadas, más allá de lo que se puede imaginar. Ahora me concentro más en lo que se puede hacer hoy y de hoy a cinco años.

¿Qué podría hacerse hoy?

Que puedan anticipar, que nos entiendan mejor y faciliten muchas partes de nuestras vidas. Con todo lo que hago, a mí lo que me interesa es la manera de mejorar mi vida, la vida de mis papás, de darme la oportunidad de estar al otro lado del mundo y poder hablar a diario con gente en Costa Rica. Todas estas cosas que ha mejorado mucho el nivel de calidad de vida hoy comparado con hace unos años.

Pero también está la interrogante de, si más bien, tantos canales nos limitan la comunicación entre nosotros.

Creo que es responsabilidad de cada persona y cada familia. En mi casa, a la hora de la cena mi esposo y yo apagamos todo y yo tengo más gadgets que cualquier persona que conozco, entonces hay bastante que apagar. Me parece que es fácil esconderse detrás del teléfono. Las generaciones que vienen ya tienen su propia manera de manejar la vida. No sé si es bueno o malo, lo que sí sé es que la humanidad la seguimos teniendo, la necesidad que tenemos de entendernos y eso es lo que me interesa.

En un artículo, usted decía que hay un menor proceso de aprendizaje con la computación natural. ¿Cómo funciona?

Entre más intuitivo, más podemos incorporar la tecnología a nuestras vidas. Habiendo trabajado tantos años en el sector tecnología, una cosa que he aprendido es que es muy compleja y la gente que desarrolla software, generalmente, no sabe esconder esa complejidad. Se necesita alguien muy humano como Steve Jobs, para esconderla. Eso es lo que hacemos con la computación natural, esconder todo lo difícil detrás de las cámaras y que aparezca solo una manera muy sencilla de interactuar.

Hemos avanzado en comunicarnos con estas máquinas, pero, ¿cómo vamos en la comunicación entre máquinas? Que se hablen mi carro, el celular, la computadora.

Es un sector de muchísima inversión, hay mucha gente tratando de solucionar la casa conectada, la vida conectada, el Internet de las cosas. Llegará el momento en que tu tecnología pueda comunicarse de la manera en que tú quieras, pero me parece que no es hoy.

¿Encuentra retos similares en la creación de videojuegos?

Cuando quiero que el juego haga algo, le pregunto a mis ingenieros: ‘¿lo podemos hacer?’ Y siempre dicen: ‘sí, son computadoras, ellas pueden hacer lo que les digamos’. La pregunta es cuánto cuesta, si ya tenemos las soluciones, si existen procesadores robustos o rápidos para hacer lo queremos que haga. Claramente el límite es otro ahora.

¿Tiene, entonces, más que ver con nuestra imaginación?

Sí, todo depende de cuánta capacidad de imaginación tengamos y cómo estemos preparando a nuestros estudiantes para que puedan crear las cosas que nos imaginamos. Y claro, conseguir los recursos para eso.

Hablando de educación, ¿qué rol pueden jugar los videojuegos?

Por un lado, los videojuegos como los conocemos hoy no están diseñados necesariamente para ser educativos. Si jugás Halo o CandyCrush, no tienen un currículum. Son para divertirse o comunicarse. Pero el formato juego es sumamente poderoso, tiene poderes de motivación enorme y, como tal, es un arma enorme en el sector educativo. Muchos de los cursos de mi maestría tenían algún tipo de simulación tecnológica. Cuando estás hablando de simulación, preguntale a cualquier maestra, ¿cuál es la mejor manera de dar lección? Probablemente diga que es dar un juego.

Hay una necesidad de exploración con los juegos. ¿Cómo la usa usted en su compañía?

Cuando uno está diseñando un juego lo que busca es motivar en la gente un deseo de progresar y de aprender más. De ahí es de donde viene, quiero jugar porque quiero ver qué pasa después, estoy ganando, me da premios, quiero saber qué pasa. El tipo de juego que hacemos son juegos casuales, que no están diseñados para que lo jugués muchas horas. Son para que los jugués cinco minutos antes de tomar el bus o si estás aburrido.

Esos eran espacios que antes los ocupaba el cómic o un libro...

Claro, han generado oportunidades nuevas de consumo que antes no existían. Utilizamos esos momentos, esos cinco minutos de aburrimiento entre dos reuniones, cuando querías desconectarte un poquito de lo que está pasando; antes de tener el celular, se le iba a uno ahí sentado aburrido.

”Hoy en día, es menos usual estar aburrido sin tener nada que hacer, la capacidad de interactuar con contenido en general: libros, videojuegos, radio, videos. Hoy, no pasamos 10 minutos sin interactuar de ninguna manera con lo digital.

Pero se desconectan conectándose... ¿cómo hay un balance?

La idea es darse un descanso mental. Mi esposo y yo trabajamos en tecnología y pasamos en la compu todo el día. Cuando llegamos a la casa hacemos exactamente lo opuesto a lo que lo que yo trato de hacer con mis usuarios: nos desconectamos.

”El secreto en la vida es tener balance, saber hasta dónde decir que sí, hasta dónde decir que no. Lo mismo con juegos, con películas, con todo.