Criaturas ‘toman’ Museo de los Niños

Tarántulas, mantis y dinosaurios ahora viven en el ‘Castillo de los Sueños’

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Una tarántula, una mantis religiosa y dos dinosaurios voladores (pteranodont y terodáctilo) de tamaño gigante esperan desde este fin de semana a los visitantes en el Museo de los Niños.

Son animatronics (títere o muñeco mecánico que adquiere movimiento gracias a técnicas de robótica) que tienen movimientos programados. Estos nuevos inquilinos tienen tamaño gigante para que nadie pueda perderse de disfrutarlos.

Estos nuevos inquilinos quieren cautivar a toda la familia con una tecnología que no solo sorprenda, si no que sea lo suficientemente real como para que personas de todas las edades aprendan sobre estas especies animales.

“Buscamos generar nuevas experiencias positivas y esperamos lograr en los visitantes un recuerdo sorprendente y mágico”, explicó Jorge Chica, Jefe de Innovación y Tecnología del Museo de los Niños .

Aventura en la jungla. En la “Sala del Bosque” del famoso “Castillo de los Sueños”, en el centro de San José, ahora se aprecian una mantis religiosa y una tarántula, que se mueven para interactuar con el público.

La tarántula tiene cuatro motores que le permiten mover el abdomen, las patas anteriores y el pelipalpo (apéndice en la parte anterior de los arácnidos que les permite sentir).

Esta tarántula tiene dos tipos de actividad: una es el movimiento controlado por un sensor de proximidad, que hace que el robot se mueva al sentir la presencia de visitantes.

La otra posibilidad es un movimiento programado, que la hace actuar y descansar en determinados momentos, según lo programe el operador.

La piel de esta tarántula es de un pelaje especial que simula la textura real del animal.

Por su parte, la mantis religiosa tiene cuatro motores que controlan el movimiento de su cabeza de izquierda a derecha, causan que su boca se abra y se cierra, y mueva sus extremidades superiores (el arma de caza más poderosa de estos insectos).

Su piel, al igual que la de los dinosaurios, es de látex y silicona, lo que permite mayor flexibilidad para los movimientos. La idea de utilizar este tipo de materiales es que los visitantes puedan tener experiencias más reales con la mejor tecnología.

Regreso a la prehistoria. La Sala Mundiosaurio, en la antigua Penitenciaría, muestra dos nuevos inquilinos voladores que, con sonidos y movimientos, comparten con los visitantes.

Estos nuevos miembros de la sala se encuentran colgados del techo. Tienen un sistema de audio que programa de acuerdo con la secuencia de los movimientos.

Ambos reptiles prehistóricos mueven la cabeza y las alas y abren y cierran el pico.

La programación de estos movimientos es igual a la de la mantis y la tarántula: ya sea por un sensor que capta el movimiento de quienes se acercan o porque se programa para activarse y desactivarse en determinado período de tiempo.

Durante estas vacaciones, el Museo estará abierto de lunes a viernes de 9 a. m. a 5 p. m ., y los sábados y domingos de 9:30 a. m. a 5 p. m. El costo de la entrada es de ¢2.000 para los menores de 15 años, y de ¢2.200 para los mayores de esa edad.