UNED beca a cinco ticas para crear dispositivos novedosos

Uno de los proyectos ganadores es una cuna que se mecería sola

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Las mujeres no siempre son impulsadas a trabajar en áreas tecnológicas. Por eso, es necesario motivarlas para que lo hagan.

Con la idea de romper el mito de que ellas le tienen miedo a la tecnología, la Universidad Estatal a Distancia (UNED) becó a cinco interesadas en crear el prototipo de un dispositivo innovador, para que comiencen a hacer sus sueños realidad.

La iniciativa se llama Mujer emprende, Mujer inspira y fue convocada por el Observatorio de tecnología a distancia .

Las ganadoras fueron María Zúñiga de San José; Johanna Lázaro de Buenos de Aires, Puntarenas; Karen Sandoval de Atenas, Alajuela; Zarelly Sibaja, de San José y Carlota Mora Oporta, de Talamanca, Limón.

Los proyectos elegidos van desde fabricar un personaje desarmable para hacer animaciones digitales, agregar tecnología a la agricultura para hacerla más precisa y eficiente e, incluso, modernizar las capacidades de las cunas.

Lizette Brenes, vicerrectora de Investigación de la UNED, aseguró: “Lo que queremos es demostrar, con estos ejemplos, que en Costa Rica tenemos mujeres en zonas rurales y pueblos originarios que son capaces de volar con la tecnología, que lo único que necesitan son oportunidades con flexibilidad”.

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Apoyo. Entre los beneficios que obtuvieron las seleccionadas, y que en total se valoran en $5.000, se encuentran el acompañamiento con especialistas en diferentes áreas y 50 horas de trabajo en el laboratorio de fabricación de la UNED, Kä Träre, para desarrollar su prototipo.

De forma adicional, recibirán los materiales que requieran para la creación del prototipo o primer modelo de su idea y el pago de viáticos para desplazarse al FabLab.

Sus ideas. Las ganadoras desean resolver diversos problemas con sus prototipos.

Karen Sandoval, de 22 años, quien labora como cajera en Walmart y es madre de dos niñas, decidió proponer una cuna que pueda ser mecida de forma remota y en la que se activen audios, para que los niños escuchen la voz de sus padres o cuidadores y se tranquilicen con facilidad.

“Yo tengo dos hijas, una de seis años y otra de cinco meses. Ella llora mucho, yo trabajo y mi mamá me la tiene que cuidar, entonces, de ahí surgió la idea”, dijo.

La joven aseguró que se asustó cuando le comunicaron que le ayudarían a desarrollar su idea, sin embargo, considera esta una oportunidad de crecimiento como mujer.

Sobre este temor, Lizette Brenes aseguró que las mujeres suelen tener miedo a equivocarse, pues se les enseña a “ser la hija perfecta, la esposa perfecta, la profesional perfecta. Entonces, en relación con la tecnología, es importante que trabajen de manera colaborativa, como proceso, no como producto”.

Más propuestas. María Zuñiga, una joven de 30 años, vecina de Tibás, explicó que lo que quiere es desarrollar un esqueleto para hacer animaciones en stop motion, técnica que permite aparentar movimiento, mediante imágenes sucesivas donde se van variando las posiciones de un determinado objeto.

“La idea es modelar las piezas en un programa 3D y luego imprimirlas para crear una especie de bloques de armar, para que se puedan ensamblar y que la gente que quiera hacer animaciones no tenga que limitarse a un bípedo (una figura de dos patas)”, comentó Zúñiga.

La muchacha dijo que su sueño es ser animadora digital y “este será mi primer paso”.

Otra seleccionada es Carlota Mora, de 54 años, quien pertenece a pueblos originarios. Ella vive en Talamanca.

“El proyecto que yo planteé es el de hacer tejidos como manteles, tapetes, trajes de baño y fajas de latitas de cerveza que yo vendo en mi casa (…)Yo me alegré toda (cuando supe que me escogieron)”.

Con este proyecto en específico, Lizette Brenes aseguró que desde Kä Träre desean conectarse con un peruano que ha estado desarrollando tejedoras automatizadas con tecnologías abiertas. Así, ayudarán a esta mujer y a su cultura con el rescate de los tejidos tradicionales de su pueblo.

La meta es que ella pueda realizar los tejidos no solo con calidad sino también en gran cantidad.

Johanna Lázaro Morales, de 31 años y vecina de Boruca, manifestó que tiene interés en mejorar y conservar las técnicas de agricultura que se practican en su comunidad, donde se cultivan productos orgánicos.

Sobre esta iniciativa, la vicerrectora de Investigación de la UNED comentó que planean: “agregar tecnología a la agricultura para hacerla más precisa, en el manejo de agua, en el manejo de la humedad, la luz, el crecimiento”.

Finalmente, Zarelly Sibaja de 43 años recordó que “Todos tenemos la oportunidad y la capacidad de crear”.

Esta educadora de enseñanza especial se dedicará a trabajar en un producto que permita a niños con discapacidad comunicarse de mejor forma.