Google ofrecía $5 a cambio de un escaneo de rostro a personas en Estados Unidos

Polémico programa de pago por escaneos faciales fue suspendido

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Google confirmó la suspensión de un polémico programa de campo en el que recogía datos biométricos de personas en EE. UU.

La empresa buscaba aumentar el acceso a diversos rostros (evitando sesgos raciales) y mejorar las capacidades de reconocimiento facial de su próximo teléfono. Sin embargo, reportes locales alertaron sobre posibles fallas en el consentimiento.

A poco menos de dos semanas antes de la llegada del nuevo teléfono inteligente de la compañía, el Pixel de Google, la firma confirmó que se cancelaba una investigación que ofrecía 5 dólares, unos ¢2.930 al tipo de cambio de este lunes 7 de octubre, a cambio de un escaneo de su rostro a personas en EE. UU.

La decisión llega después de un reporte de Nueva York Daily News que apuntaba a que la agencia de terceros contratada por Google para la tarea del escaneo de rostros estaba buscando a habitantes de calles y engañando a estudiantes para que participaran simulando estar probando una nueva aplicación.

El engaño viciaría cualquier consentimiento puesto que los datos biométricos son información sensible y protegida por las leyes de privacidad.

Según contró Google al portal especializado The Verge semanas atrás la idea de la investigación era asegurarse de que el Pixel 4 reconociera una variedad diversa de rostros, incluyendo rasgos afroamericanos. Hace años, el reconocimiento de imágenes inteligente le generó una profunda polémica a la firma después de que un hombre denunciara que su fotografía con una amiga era etiquetada por la máquina como una foto de gorilas.

Tras el informe del diario neoyorkino, Google le confirmó a la prensa de EE. UU. que suspendió inmediatamente el programa y abrió una investigación sobre estas conductas.

Aunque podría ser un error de los contratistas, el hecho podría acarrearle inconvenientes a Google, quien sería el responsable del tratamiento de esta información sensible. Según Google, la empresa dio instrucciones a sus investigadores para ser transparentes con las personas a las que se acercaron para un escaneo facial. De ser así, Google podría esquivar parte de la culpa si las acusaciones sobre su contratista resultan probadas.

Aunque la suspensión fue inmediata, ello no implica que haya dado fin al programa. La práctica podría entenderse como una forma de encontrar diversidad de datos (una dificultad frecuente en el ámbito de la inteligencia artificial) sin caer en engaños.

En otros lugares, aplicaciones como FaceApp ofrecen servicios gratuitos para recabar datos sobre los polígonos faciales y entrenar sus propios algoritmos. Como se conoció meses atrás, los datos cedidos a esa aplicación se entregaron a perpetuidad.