El teléfono es el fiel compañero electrónico de los adultos de entre 50 y 80 años, que residen en la Gran Área Metropolitana (GAM) del país. Mientras que Facebook y WhatsApp son las redes sociales que más utilizan.
Esos son algunos de los secretos que develó el estudio Lo que usted no conoce del consumo post 50 , desarrollado por la iniciativa CR Social 2015 de la empresa Unimer.
La muestra abarcó a 500 personas y tiene un margen de error de 4,4, con un grado de confianza de 95%.
Angie Quesada, directora de proyectos de Unimer, destacó que uno de los hallazgos más importantes de la consulta “ es que esta población realmente está conectada”.
Nueve de cada 10 reporta tener aparatos tecnológicos, principalmente celulares. De ellos, seis de cada 10 son dueños de un smartphone, dice el estudio dado a conocer la semana pasada.
Julia Cubero, de 67 años confirma esta realidad. Ella, además, tiene un teléfono conectado a Internet. “He aprendido a manejarlo. Yo uso WhatsApp y tengo ahí un montón de gente con la que me comunico”, dijo.
La tenencia de Internet móvil representa el 73% entre quienes cuentan con un celular inteligente. Es casi una tendencia que, a mayor nivel socioeconómico, mayor tenencia de Internet.
Esto también se observa en los rangos de edad. A menor edad, de 50 a 64 años sube a un 75%, a diferencia del rango de 65 a 80 años, que es 63%”, comentó Angie Quesada.
Entre las plataformas sociales preferidas para comunicarse de los mayores de 5 años figuran WhatsApp con 84% de preferencia y Facebook con un 74%.
Perfiles. La consulta también reveló que existen tres perfiles dentro de la población estudiada.
“El primero consiste en que se leen todo el manual de los aparatos, se lo estudian, investigan. Sobre todo aquellos que fueron a la universidad, son autodictas”, explicó Marcela Salas, directora Cualitativa de Unimer.
Otra forma de acercarse a la tecnología es por medio de los nietos, quienes los orientan sobre el uso de aparatos. Aunque una de las principales quejas es que estos no les tienen nada de paciencia.
Tendencia que Andrés Gamboa, instructor de la Asociación Gerontológica Costarricense (Ageco), ha observado en algunos de sus alumnos.
“Muchos familiares piensan que ellos no pueden, o dicen que qué pereza ayudarlos. Pero, (los adultos mayores) son muy capaces. Hay que darles la oportunidad”, comentó Gamboa.
El tercer perfil corresponde a quienes no se interesan en la tecnología. “No podríamos decir exactamente el porqué. Ellos lo que dicen es que no les interesa, pues no extrañan algo que no conocen. No saben qué hay en Internet”, aseguró Marcela Salas.
Usos. El envío de mensajes y los chats son dos de las actividades que más disfrutan los costarricenses de entre 50 y 80 años. Además de las llamadas telefónicas.
El 100% utiliza el teléfono para llamar, al 73% le gusta enviar mensajes SMS. Mientras que chatear es una práctica que realiza el 38% de los consultados, a través de aplicaciones de mensajería como Viber o WhatsApp.
Además de usar redes sociales, Internet es para ellos una herramienta útil, pues les permite buscar información sobre salud, medicina y deporte.
“ Ahorita que más de la mitad tenga un teléfono inteligente, esté usando Internet y se esté conectando a redes sociales es uno de los hallazgos que consideramos importantes dentro de este tema ”, destacó Angie Quesada.
Aprendizaje. Entre los principales cursos a los que asisten, se encuentran los de aprender a usar Internet o bien, los de computación básica.
“Ahora con toda la tecnología que está saliendo, tabletas y teléfonos inteligentes, usan mucho WhatsApp y preguntan mucho sobre técnicas de comunicación”, comentó el instructor de Ageco, Andrés Gamboa.
Los miembros de esta población también emplean la web para descubrir cuáles otros cursos existen para ellos.
Alfredo Calvo, de 60 años, ha matriculado cursos de fotografía, Internet y Photoshop en Ageco. “Algunos para refrescar y otros para aprender”, afirmó.
Otro de los hallazgos de la investigación de Unimer es que siete de cada 10 adultos, entre los 50 y 80 años se sienten hasta 13 años más jóvenes. Este fenómeno se observa principalmente entre los que tienen mayor nivel socioeconómico y también entre aquellos que son usuarios de Internet, según Angie Quesada.