Fráncfort. “Estamos evidentemente muy decepcionados por esta decisión. Si se fue (Paul Watson) es que no tenía otra alternativa”. Esa fue la declaración que Lamya Essemlali, presidenta de Sea Shepherd , dio a la agencia AFP.
La versión la brindó tras enterarse de que una corte alemana aprobó ayer la extradición del ecologista canadiense a Costa Rica, que lo acusa de haber puesto en peligro la tripulación de un barco pesquero en el 2002, en aguas internacionales.
El ambientalista, de 61 años, abandonó hace tres días Alemania, pese a encontrarse en libertad bajo fianza y arresto domiciliario.
Watson, fundador del grupo Sea Shepherd, fue detenido el 13 de mayo en Fráncfort, pero quedó en libertad tras pagar una fianza de 250.000 euros. El 22 de julio no se presentó a los controles judiciales y su abogado indicó que partió de Alemania hacia un destino desconocido, informó el tribunal en un comunicado.
La actriz Brigitte Bardot también señaló el miércoles que la decisión de la justicia alemana es “una injusticia total”, y consideró que Paul Watson “solo ha hecho el bien”, en su combate por la protección de ballenas y tiburones.
Watson está acusado por Costa Rica de haber puesto en peligro la embarcación Varadero I, durante el rodaje del documental Sharkwater , que denuncia la práctica del aleteo, consistente en pescar tiburones para cortarles las aletas y luego lanzar los vástagos al mar.
La Corte de apelaciones de Fráncfort dijo que debido a que Watson demostró con su fuga que la confianza depositada en él no era justificada, la orden de captura debe ejecutarse de nuevo.