Volcán Irazú da signos de entrar a etapa de inactividad

Laguna se secó, la temperatura es muy baja y actividad fumarólica es mínima

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El volcán Irazú da señales que podrían indicar el inicio de una etapa de inactividad, según los vulcanólogos del Ovsicori.

Dos de los signos más evidentes son la laguna seca y la mínima actividad fumarólica en la grieta del sector noreste del coloso, donde no se observa la salida de gases o vapor.

Eliécer Duarte, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), dijo que al Irazú le podría estar pasando lo que le sucedió en el pasado al Arenal y el Turrialba, volcanes que tuvieron largos períodos de inactividad.

Agregó que otro indicio es que el agua que sale al norte en la base del volcán tiene menos componentes geoquímicos. La información la dio el vulcanólogo tras una visita al Irazú, el 12 de abril.

Otros hallazgos. La falta de lluvia explica que la laguna del Irazú se haya secado entre enero y febrero; esto no sucedió por la acción del volcán, dijo Duarte.

Se calcula que el nivel del agua descendió unos 30 metros al compararlo con el nivel que tuvo en enero del 2001.

Según los expertos, el lago cratérico del volcán volverá a llenarse cuando se inicie el invierno, y se secará en el siguiente verano.

Duarte dijo que en el fondo del lago se encontró arcilla seca de color naranja y otra de color gris.

“Casi todo el fondo muestra grietas en las arcillas que varían desde pocos mm hasta 20 cm. Esas cavidades seguramente serán rellenadas con las futuras lluvias para producir el sellado necesario que aseguraría el ascenso del nivel del agua”, mencionó el experto.

Otro elemento hallado por los vulcanólogos fue el “desmoronamiento en las paredes internas del cráter”. Los derrumbes se acrecentaron después del terremoto de Nicoya, del 5 de setiembre del 2012.

“En días recientes, una sección se desprendió del borde más alto y generó una cavidad importante en esa pared. Los materiales rocosos, compactos y sueltos, descendieron por la pared vertical de unos 150 m.

”Algunas rocas alcanzaron el sector más allá del centro del lago y aparecen aisladas en la planicie de grietas de arcilla”, describe el informe del Ovsicori.

Para Eliécer Duarte, esos desprendimientos posiblemente se deban “a la dilatación y expansión de los materiales; con los cambios bruscos de la época seca y lluviosa (primero se cargan de agua y luego se secan), es factible que se haya acelerado el proceso de descomposición y caigan al fondo del lago por gravedad”.

Otro aspecto descubierto es la presencia de especies vegetales que hace años no crecían en el interior del cráter.