Vacío legal impide regular instalación de pararrayos

Bomberos piden revisar la normativa para que se incluyan los espacios abiertos

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La reciente caída de un rayo en el Estadio Jorge Hernán Cuty Monge, en Desamparados, San José, puso al descubierto que en el país hay un vacío legal para regular la instalación de aparatos captores de descargas eléctricas, conocidos como pararrayos.

Tanto Esteban Ramos, de Ingeniería del Cuerpo de Bomberos, como Olman Vargas, director ejecutivo del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos (CFIA), coincidieron en que es necesario revisar la legislación actual, pues tiene debilidades. Por ejemplo, no establece nada en relación con espacios abiertos, donde se aglomera la gente.

Los expertos señalaron que únicamente existe una norma en el Reglamento de Construcciones del INVU –cuya última reforma se hizo en 1988– donde se estipula que los pararrayos deberán estar en edificios de altura igual o superior a los 25 metros.

Aunque los sistemas no son infalibles y ofrecen una protección limitada, se les considera una herramienta útil para evitar las consecuencias de la rayería.

Según el Sistema Nacional de Detección y Análisis de Descargas Atmosféricas (ICE-IMN), hasta el jueves pasado habían caído 491.473 rayos en Costa Rica. Esto significa que el promedio diario de descargas pasó de 1.092 el año pasado a 1.800 en el presente.

Como resultado, se registran este año cuatro muertes y nueve personas lesionadas. En el 2009 no se presentaron víctimas mortales aunque aproximadamente una decena de personas fueron atendidas tras recibir una descarga. En el 2008 hubo seis muertos.

Advertencias. Francisco Naranjo Aguilar, consultor de la fundación Centro de Gestión Tecnológica e Informática Industrial (Cegesti), consideró que las personas con trabajos al aire libre (agrícolas, construcción y turismo) necesitan protección.

“Esas labores son muy susceptibles a los riesgos asociados con tormentas eléctricas y normalmente esas tormentas no se incluyen en los planes de salud ocupacional, pese a que todos los años se dan casos de trabajadores impactados por rayos”, comentó.

Entre tanto, Miguel Gólcher Valverde, ingeniero eléctrico asociado al CFIA, dijo que desde el punto de vista de ingeniería los profesionales saben cuáles estructuras deben ser protegidas.

Añadió: “No hay regulaciones escritas, lo que sí hay son normas internacionales de diseño. Hay edificios bajitos que no necesitan pararrayos, pero en otros hay que hacer un análisis del riesgo de la zona para saber las probabilidades de que le caiga un rayo”.

Explicó que hace un tiempo inspeccionó un edificio de nueve metros de alto en San Francisco, Goicoechea, que recibió una descarga eléctrica. “El impacto está en una punta. Se la arrancó, saltó a la verja, daño el portón eléctrico y el motor. Por eso no tiene que ver la altura, sino que el lugar sea atractivo para la caída de rayos”, puntualizó el experto.

Medidas. El accidente en el Cuty Monge –ocurrió el 10 de setiembre– golpeó a tres personas. Dos salieron ilesas y la otra sufre efectos secundarios.

El arquitecto Minor Vargas Obando, del Grupo Icono, que administra el Cuty Monge, declaró que tras una investigación determinaron que, aunque las torres de iluminación tienen pararrayos, fueron insuficientes para evitar el accidente.

“Esos pararrayos tienen más de 20 años. Ahora hay nuevas tecnologías y vamos a decidir cuál conviene más, ya no solo para la protección del Estadio, sino para toda la Villa (incluye piscina y otras áreas)”, manifestó.

Esteban Ramos, de los bomberos, explicó que el pararrayos tiene un área de protección determinada y que dependiendo de la zona se deben instalar varios.

A estos sistemas hay que darles mantenimiento, advirtió.

En recientes evaluaciones de riesgo que se hicieron a edificios capitalinos, se detectaron fallas. “Tenían las puntas torcidas (deben estar rectas hacia arriba), las gazas que amarran el cable que lleva la corriente a tierra estaba floja y los cables pintados. Eso interrumpe el paso de la electricidad. Ese cable es desnudo (no tiene aislante) porque la electricidad baja como resbalada”, puntualizó Ramos.

En tanto, Olman Vargas manifestó que el CFIA revisa el Reglamento de construcciones para emitir una nueva normativa. “Se incluye el tema de los pararrayos pues es necesario proteger edificios y la gente al aire libre”.