Sobreviviente de rayo regresó ayer a su casa

Karen Rugama contó que tras la descarga, sus piernas le ‘pesaban’ mucho

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Cariari de Pococí. Karen Rugama Meléndez, de 27 años de edad, regresó ayer al mediodía a su casa, luego de sobrevivir a una descarga eléctrica ocasionada por un rayo, el mismo que acabó con la vida de Yorgen Hernández Bermúdez.

Aún incrédula de su buena suerte, Rugama no se explica precisamente cómo fue que se salvó.

“El día estaba muy soleado. Salí de la casa a las 11 a. m. hacia un río en el sector del asentamiento Fortica, iba con diez niños más”, relató la sobreviviente.

El sábado, día del incidente, también la acompañaban los dos hijos de su esposo.

Agobiada por sus dolencias en la cintura, Karen recuerda que los niños le decían, a eso de las 4 de la tarde, que mejor se fueran del sitio porque iba a llover fuerte. Al final, decidieron regresar.

Cuando iban a mitad del camino hacia la casa, comentó la mujer, en el sector denominado La Loma, se toparon con Yorgen Hernández, quien caminaba con prisa.

“Ya estaba lloviendo con intensidad. Yo traía a mi hija de tres años y siete meses en los brazos. Le dijimos adiós a Yorgen y tres minutos después vimos un chispero que alumbró todo a nuestro alrededor”, explicó Rugama.

Agregó: “Recuerdo sentir un fuego en mis piernas. Pasó el rayo, luego el trueno. Nos fuimos rápido hacia la casa. Al llegar me comencé a sentir mal”.

Según dijo, su familia pudo coordinar una ambulancia para llevarla a la clínica de Cariari y luego al hospital de Guápiles, donde los médicos le explicaron que había sufrido una reacción por el impacto del rayo.

“Haber llevado a mi hija en brazos le salvó la vida a ella. Los otros niños iban unos 30 metros adelante y eso los libró de la descarga”, dijo la madre.

“Me pasó por la mente que íbamos a morir. Cuando llegué a la casa, sentí que no podía sostenerme y que me moría. Miraba a los lados y solo veía blanco”, recordó Rugama a pocas horas de haber salido del hospital.

Fue segundos antes de desmayarse que Karen se dio cuenta que Yorguen había muerto por culpa del rayo.

Sobre cómo se sintió físicamente cuando recibió el impacto, la mujer explicó que “lo que se siente es como si hubiera caminado muchos kilómetros; las piernas se ponen muy adoloridas”.

Luis Salas Espinoza, esposo de Rugama, dijo que al momento del suceso él se encontraba cuidando la casa.

“Fue un milagro que sobreviviera”, dijo Salas. “Fueron dos golpes muy fuertes: ver a mi esposa mal y enterarme que Yorgen había muerto. Todo el día habíamos trabajado juntos en la finca”, dijo.