Pocosol, San Carlos.- Flacos y casi en estado cadavérico. Con enormes, horribles e infectadas lesiones en los lomos y con dificultades para caminar.
En tales condiciones estaban la mayoría de los 60 caballos que la Policía halló el sábado, distribuidos en tres fincas en El Concho de Pocosol de San Carlos, a 15 kilómetros de la línea fronteriza con Nicaragua.
Allan Obando, director regional de Fuerza Pública de San Carlos, informó de que encontraron evidencias, las cuales confirman que las bestias fueron traídas al país ilegalmente.
“La mayoría de los caballos estaban marcados con fierros nicaragüenses. Además, vecinos de San Isidro de Pocosol reportaron haber visto a un grupo de sujetos en el momento que los arreaban del lado nica a lado tico”, detalló Obando.
Los contrabandistas entraron a Costa Rica a través de la trocha fronteriza o ruta 1856, confirmaron los lugareños.
Gracias a la alerta vecinal, las autoridades siguieron el rastro que los responsables de los animales dejaban, hasta llegar a las fincas que alquilaron, con el fin de esconder a los equinos, mientras lograban sacarlos de la zona limítrofe.
Obando manifestó que investigan a un sujeto de apellido Artavia, quien sería entregado al Ministerio Público. Agregó que hay más gente involucrada, pero en fuga, entre ellos, al menos, dos nicaragüenses.
Senasa decidirá. Los 60 caballos están a la orden del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), que el lunes resolverá si los sacrifica, tal y como se hizo años atrás cuando ocurrieron casos similares.
Obando anunció que entregará al Ministerio Público y Policía Judicial unos documentos aparentemente falsificados, según los cuales, el lote de bestias sería vendido en una subasta de la zona.
Agregó que en apariencia el destino final de los animales sería un matadero, en donde serían sacrificados y su carne se utilizaría para elaborar embutidos.
“En las condiciones en que se encuentran los caballos, comer su carne es un grave riesgo para la salud de los consumidores”, advirtió el jefe policial .