La mayoría de las denuncias por el robo de celulares en la capital se queda sin castigo.
Alexánder Mora, fiscal adjunto de San José, aseguró que, por mes, ingresan entre 100 y 120 casos, aproximadamente.
Añadió que solo en 40 de esos expedientes se señala a una persona en el proceso. Pero, generalmente, ese sujeto no fue quien robó el aparato móvil, sino el que lo adquirió después de sustraído.
Ese delito se llama receptación y, según el Código Penal, es penado con prisión de entre seis meses y cinco años.
Hasta el momento, no hay una estadística preparada que revele cuántas personas han sido condenadas por receptación de celulares.
Las causas. Eddy Roda, jefe de la Sección de Robos y Hurtos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), explicó que si la persona que roba le ingresa solo un nuevo chip al celular, ellos tienen manera de dar con el paradero del ladrón.
En cambio, en otras ocasiones, usan más de un chip, “y no podemos estar rastreándolo”, agregó.
Otra razón por la cual la Policía no da con el delincuente es porque vendió el celular para repuestos o porque lo envió a otro país. “Si lo vende en piezas es muy difícil. No tenemos rastro alguno y el expediente se archiva”, comentó.
Mora dijo que otro elemento que les imposibilita encontrar al responsable es que los lugares en donde ocurrió el hurto sean muy concurridos y no tenga cámaras de vigilancia.
En el OIJ se informó de que tienen identificadas a cuatro bandas que se dedican al hurto de celulares en San José. Aunque se explicó que, por lo general, este tipo de ladrones trabajan solos y aprovechando las oportunidades.