‘Los médicos debemos prestar más atención a los indígenas’

Galeno visita esas zonas gracias a la ayuda de la Policía de Control de Drogas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Desde que tiene memoria, Luis Blanco siempre ha querido ayudar a la gente; sobre todo, auxiliar a las comunidades más necesitadas.

Ese deseo de tender una mano lo hizo querer estudiar medicina, desde que estaba en la escuela, allá en los años 70.

Unas décadas más tarde, Blanco no solo cumplió esa meta profesional, sino que ha logrado llegar a zonas inimaginadas, tal cual él las describe.

Gracias a la ayuda de la Policía de Control de Drogas (PCD), Blanco ha podido visitar cuatro veces la comunidad indígena de Alto Telire, en Talamanca (Limón), para ofrecer ayuda médica gratuita.

En esas giras, mientras él atiende a los indígenas, los oficiales de la PCD erradican plantaciones de marihuana encontradas en el lugar.

“Esta iniciativa es de admirar, ya que me permite ayudar a personas que realmente lo necesitan y que, antes de haber llegado yo, no conocían lo que es un doctor”, expresó Blanco.

Aventura. La primera visita del médico se produjo en junio del 2013. “No sabía en lo que me estaba metiendo, en el mejor sentido de la frase”, comentó.

Blanco se enteró de estas giras gracias a un amigo que trabaja en la PCD. “Me contó que necesitaban ayuda de un médico y, como él sabe que eso me gusta, me preguntó si deseaba intentarlo. De una vez, me puse en contacto”, aseguró Blanco, quien es director del Área de Salud de Zarcero, Alajuela. Sacó vacaciones en su trabajo y comenzó a prepararse.

“Yo no conocía dónde era. No sabía ni las condiciones en las que viven los indígenas. Me dijeron que solo podemos llegar al sitio en helicóptero: con esto creí entender todo”, añadió; pero no fue así.

Blanco comprendió las dificultades de esas comunidades cuando llegó. En ese momento también conoció los mayores problemas que debía afrontar: el idioma y la desconfianza.

En esa comunidad hablan cabécar. Según el médico, menos del 10% entiende un poco el español. “En las consultas, yo necesitaba de un traductor, y es complicado porque no entienden todo. Además, costaba que confiaran en este extraño”, expresó.

Blanco ya ha atendido a unas 100 familias. “Ahora es diferente: ya saben quién soy y me buscan hasta para pedirme acetaminofén e ibuprofeno”, precisa.

Más relación. Conforme iba a las giras, el médico fue entendiendo el modo de vivir de la población. “Allí, la vida es muy distinta de la de acá. Duermen en ranchos con los chanchos, los perros, los gatos... Además, tienen prendido un fogón durante todo el día y la noche: son condiciones críticas. Los médicos debemos prestar más atención a los indígenas”, añade.

El médico detalló que, sobre todo, se padecen afecciones respiratorias, como el asma.

Otro de los problemas más comunes es la desnutrición. “Están acostumbrados a que, cuando una niña tiene su primera menstruación, la casan y la hacen mamá. Ellas aún no están listas para tener bebés, y esto hace que los niños sean desnutridos”, comentó.

También observó que la salud bucodental podía mejorar; por ello, pidió a su hija, Melissa Blanco, quien es odontóloga, que lo acompañase. Ella ha ido a las últimas dos giras, realizadas en mayo y setiembre de este año.

Por esas visitas, Blanco no recibe remuneración y todo es financiado por cuenta propia. Por cada gira gasta, como mínimo, 500.000 colones. “Con ese dinero compro bienes personales, pero también ropa y alimentos para los indígenas”, detalló el médico.

Bien recibido. Gustavo Mata, ministro de Seguridad, resaltó la labor altruista del médico y de su hija. Para el jerarca, ellos se han convertido en un ejemplo, y sus acciones promueven que se les preste más atención a las comunidades indígenas.

La labor también fue reconocida por el ministro de Salud, Fernando Llorca. “El doctor Blanco tiene mucha experiencia. En mejores manos no pueden estar (los indígenas)”, expresó.

Llorca admitió que la zona de Talamanca ha sido “históricamente abandonada”.

Fernando Llorca indicó que, actualmente, el Ministerio trabaja en varios programas, como la prevención de suicidios y de embarazos adolescentes, problemas que aquejan a los pobladores.

Además, en dichas comunidades se desarrollan huertas familiares con un enfoque nutricional, informó Luis Blanco.