¿Qué son los ‘Linces’ de Costa Rica? En motocicleta sortean presas y peligros para combatir el hampa

Grupo especializado para ingresar a sitios complicados en la ciudad y actuar en incidencias como balaceras y ataques de quiebraventanas

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Nota de la Redacción: Esta información fue publicada originalmente el 2 de junio del 2019. Sin embargo, este viernes 9 de octubre del 2020, tomó relevancia entre lectores de nacion.com interesados en conocer quiénes son Los Linces.

Balaceras, asaltos en proceso, casos de violencia doméstica, ataques de los quiebraventanas y otros delitos contra la vida o contra la propiedad son parte de lo que a diario atienden los equipos de respuesta rápida, conformados por dos hábiles policías en una misma moto.

Llegar a tiempo a esas situaciones marca la diferencia. Así de claro lo tiene María Fernanda Fallas, una de las 16 mujeres policías de los 155 oficiales que integran los Linces, el grupo especializado que, por la velocidad de la moto y las destrezas que manejan, constituyen la primera respuesta.

Desde el 2014, ellos tienen el entrenamiento para que, mientras uno maneja, otro se haga cargo de la escena.

Pueden transitar por caminos de tierra o lastre o alamedas y también en zonas de alto tránsito vehicular, donde una radiopatrulla no podría ingresar con la celeridad que muchas veces amerita el caso.

El director de la Fuerza Pública, Daniel Calderón, dice que ese grupo élite les ha dado excelentes resultados en San José, Alajuela, Cartago, Limón y Heredia y por eso se busca paulatinamente tenerlos en todas las regiones del país.

Explicó que son vitales en casos de flagrancia (en plena acción) y que han participado en decomisos de armas, de drogas y en seguimientos y capturas de sujetos en fuga.

“La intención es avanzar rápido en la capacitación, para llevar un grupo completo a Puntarenas y otros a las fronteras de Peñas Blancas y Paso Canoas”, dijo Calderón.

Linces: Rápida atención a delitos cotidianos

Instructores ticos asumirán formación que estuvo a cargo de panameños.

FUENTE: MINISTERIO DE SEGURIDAD PÚBLICA.    || w. s. / LA NACIÓN.

El jefe policial recordó una alerta de balacera contra una casa en Pavas, San José, en octubre del 2016, que fue atendida por dos parejas de Linces. Esa vez, un lío por drogas llevó a cuatros sujetos a abrir fuego contra la vivienda.

Luego intentaron huir en el vehículo a gran velocidad, pero los Linces lograron divisarlos. Se inició una persecución y los sujetos dispararon contra los policías, que debieron responder el fuego hasta que, en la huida, los antisociales colisionaron contra un local comercial cerca de La Sabana y los cuatro fueron detenidos.

Todos eran reconocidos vendedores de drogas de Hatillo, que tenían conflictos con otros narcotraficantes de Lomas del Río en Pavas. Esa vez los Linces recuperaron una pistola de calibre 9 mm. y un subfusil mini Uzi que los detenidos lanzaron en su huida.

Otro caso ocurrió a finales del 2015 durante sus patrullajes en una zona conflictiva de Sagrada Familia, conocida como el Callejón de la Puñalada. Ahí dos hombres se dieron a la fuga al ser sorprendidos disparando contra dos personas.

La acción de los Linces permitió detener a los sujetos en fuga, mientras que el control de la escena estuvo a cargo de otra pareja. El aviso rápido a los cuerpos de socorro, permitió salvar la vida de uno de los heridos, el otro falleció.

Inducción panameña

Aunque la Fuerza Pública cuenta con motorizados desde hace décadas y hubo grupos entrenados en Chile, fue en el 2014 cuando, mediante un convenio con la Policía panameña, oficiales del vecino país capacitaron a nuestros motorizados y cambiaron la táctica usada hasta entonces.

Los panameños introdujeron el concepto de dos policías en la misma moto. Con la enseñanza de nuevas destrezas y funciones se integró el nuevo grupo élite, que actualmente ayuda en operaciones especiales para combatir la delincuencia local en las zonas de más riesgo.

Mediante el Curso Internacional de Operaciones Policiales Motorizadas, se les enseñó a zigzaguear, a realizar giros, a viajar espalda con espalda, y también a que uno de los oficiales pueda disparar en plena marcha, en casos de ser necesario.

El nombre se tomó de una serie de televisión donde el protagonista, al que se llamaba el Lince, usaba moto y vestía de negro. Por ello, en Panamá se relacionó a esos policías con la serie y se les comenzó a decir los Linces.

“Los resultados que hemos tenido son bastante buenos. El trabajo de los Linces nos exige una mayor disponibilidad de recurso, pues una pareja de Linces requiere cuatro oficiales”, afirmó Daniel Calderón.

La formación todavía está a cargo de un equipo de instructores panameños que vienen al país cuando se requiere.

La capacitación dura tres meses y tiene un fuerte componente de técnicas y tácticas policiales e incluso de emergencias médicas, para que puedan atender de primera entrada a personas heridas en algún incidente.

También aprenden mecánica básica, para el mantenimiento de la moto y el cambio de llantas según sea la característica de los caminos en las zonas que atienden.

La Embajada de Estados Unidos ayuda con los gastos para la formación de los oficiales; sin embargo, el hecho de tener que sacar grupos de 100 policías durante tres meses para entrenarlos, ha impedido crecer más rápido.

“Esperamos que el reciente curso, donde se graduaron 84 oficiales, sea el último a cargo de panameños. A partir de ahora estamos en la capacidad de desarrollar nuestro propio proyecto y estamos trabajando con la Academia Nacional de Policía, en Pococí, para aprobar el plan de estudios”, dijo Calderón.

El último apoyo que se pedirá a Panamá será para mejorar ese plan de estudios y asegurar que todo esté en orden.

La capacitación que ellos reciben ha permitido reducir los accidentes de las patrullas. De igual manera, los Linces tienen muy pocos accidentes y surgen solo en situaciones insalvables, dado el dominio que poseen del vehículo.

El riesgo de hacer labor policial en una moto es muy alto por las condiciones del clima y del terreno, así como por el peligro cuando se hacen persecuciones de otras motocicletas o vehículos.

Para evitar que abandonen la Fuerza Pública luego de recibir la capacitación, los policías firman un contrato antes de empezar el curso, donde se comprometen a ciertas obligaciones, como no retirarse antes de cierto número de años.

Mejor respuesta

“Desde el punto de vista operativo, los tiempos se reducen muchísimo. En las ciudades las vías están saturadas y ese grupo nos faculta a tener mayor cobertura, mayor alcance, llegar más rápido y tener más presencia preventiva en zonas de alto riesgo”, afirmó el jefe policial.

“Gracias a los patrullajes en moto y al apoyo de los Linces, se han logrado recuperar zonas de alta incidencia y otras reflejan una contención de homicidios o una importante baja en delitos contra la propiedad”, manifestó Calderón.

En los últimos días el retorno de los quiebraventanas obligó a reforzar algunos puntos en la carretera de Circunvalación. Para este tipo de delito la moto es la opción más efectiva.

Las cifras por ese delito habían bajado muchísimo, pero en los últimos días volvieron a subir las denuncias de golpes en Hatillo y lugares cercanos de esta carretera periférica.

Las nuevas obras que se realizan en la rotonda de Zapote generan congestionamiento vehicular a ciertas horas, lo que también ha derivado en ataques a conductores en ese punto, que también fue reforzado.

Prohibidos pasamontañas

Otra situación que hubo que subsanar fue el uso de pasamontañas. El director de la Fuerza Pública dijo que actualmente ningún policía uniformado tiene permitido usarlo.

A veces, por las condiciones del clima, los que andan en moto usan el pasamontañas como medida de protección, pero es obligatorio que cuando se bajan de la moto y se quitan el caso, tienen que quitarse el pasamontañas.

Solo se permite su uso en allanamientos y en casos muy excepcionales de apoyo a la policía antidrogas, donde por su propia seguridad se les protege la identidad.

“Disfuto ayudar a las personas”

Jorge Arturo Mora, de 30 años, participó en el primer curso de los Linces en el 2014 y desde ahí ha laborado en el grupo.

Anteriormente trabajó en el GAO de Heredia, tiene 11 años de ser policía y estudia Derecho.

Califica de enriquecedor el trabajo que desarrolla en los Linces por las destrezas que debe aplicar, la presión que exige su labor, y porque disfruta ayudar a las personas.

Afirma que están capacitados para conducir la moto o para ir en la parte posterior. Al que va atrás se le denomina Unidad de Apoyo Táctica.

En la capacitación les enseñan a controlar como un conjunto y de manera idónea el peso de la moto y el peso de dos personas a bordo, incluso a sabiendas de que el de atrás a veces tiene que disparar mientras van en movimiento.

Los Linces también ayudan en protección o escolta de detenidos, cargamentos de droga, armas y capitales decomisados y en escoltas para la protección de altos dignatarios.

Para la labor de escolta estudian previamente las rutas del recorrido, así como calles secundarias y puntos seguros que servirían ante cualquier eventualidad.

Su hogar está en la frontera sur

María Fernanda Fallas, de 25 años, madre de una hija de ocho, dice que en su casa, en San Vito de Coto Brus, todos se sienten orgullosos del trabajo que ella realiza en Los Linces desde hace dos años, cuando terminó el curso con instructores panameños.

“Provengo de una familia humilde y ellos al verme en un grupo tan importante los hace sentirse orgullosos, pues les demuestro que las mujeres somos capaces de todo”, dijo.

Su familia vive en San Vito y ella viaja cada vez que termina su turno, para estar con su hija, sus padres y sus hermanos.

Afirma que el lema del grupo: “Ser Lince es un honor que cuesta”, se cumple a cabalidad, pues dice que en ese trabajo “hay que sudarse la camiseta”.

De sus vivencias policiales, recuerda la atención en los casos de violencia doméstica y particularmente una noche cuando se le acercó una mujer asustada a pedirle ayuda porque estaba siendo agredida por el esposo en Pavas.

“Poder ayudarles esa vez y notar que ella y al niño que estaba en la casa se apoyaban principalmente en mí por ser mujer policía, me llenó de satisfacción. Me marcó ver que como mujer y como madre, puedo entender muy bien esas situaciones y ayudar”, sostuvo.

Fallas aprendió a manejar moto en el curso de Linces. Como mide 1,60 metros, para conducirla aprendió a sostenerla con un pie.

Afirma que está capacitada para conducir o para ir detrás como unidad de apoyo táctico, aunque prefiere esta última.

Su meta es seguir trabajando en el Ministerio, terminar sus estudios en Derecho y aspirar a un mayor rango.

Dice que le gusta trabajar en escoltas y en lugares donde ayudan a reducir las incidencias.

Con los Linces ha trabajado en San José, Cartago, Limón y hasta Jicaral, en la península de Nicoya.

Lecciones aprendidas

Aunque el Ministerio de Seguridad agudiza los filtros de las personas a las que capacita como Linces, hay casos que la Fiscalía tiene en investigación por presuntos abusos de autoridad ocurridos en el 2017 y 2018.

“En esto siempre hay lecciones aprendidas y cosas que corregir, porque en el pasado hubo que reubicar algunos oficiales en otras secciones”, explicó Daniel Calderón.

Cinco oficiales de los Linces y cuatro de otras secciones del Ministerio fueron detenidos el 14 de junio del 2018.

Por orden del Juzgado Penal de San José, los nueve fueron separados de los puestos que ocupaban y trasladados a otras zonas. Además, deben firmar una vez al mes y tienen prohibición de acercarse a Hatillo o Desamparados y de perturbar o amenazar a ofendidos o testigos del proceso.

Los Linces investigados se apellidan Cortés Matarrita, Acuña Carvajal, Mantus Reyes, Cascante Amador y Rodríguez Guzmán.

El primer caso ocurrió la noche del 11 de mayo 2017, en Torremolinos de Desamparados. Se cree que los oficiales ingresaron a dos viviendas, en una de ellas forzando el cerrojo, para luego inmovilizar a los ofendidos y registrar los aposentos.

El segundo hecho tuvo lugar el 8 de octubre del 2017, en la ciudadela Veinticinco de Julio, en Hatillo. En apariencia, los imputados se presentaron junto con un contingente de oficiales e ingresaron a varias casas y las registraron.

Aparentemente, también se llevaron detenidas a cuatro personas, a quienes se sospecha que agredieron.

El caso se investiga bajo el expediente 17-12651-048-PE