Jorge Guzmán: yo también pido un regalo, y es a mi hija Yerelin

La familia sufre porque el Patronato mantiene a sus otros dos hijos en albergue

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Yerelin Guzmán Calvo ha estado ausente cinco meses. Desde aquel 11 de julio, cuando desapareció, sus padres nunca habían sentido el vacío que dejó la niña tan profundo como ahora, en esta Navidad.

La niña de seis años no estuvo este 24 de diciembre. Jorge Guzmán, su padre, mira conmovido y airado, con ojos llorosos, una foto de su hija que tiene en el celular.

Su esposa Hellen Calvo lo abraza y consuela, pero no llora.

“A mí me critican, pero yo a nadie le comento las cosas, me las reservo. Fue cuestión de minutos; yo estaba con mi suegra en la otra casa y cuando llegué aquí no me percaté de que ella no estaba. Estábamos con el burumbún de que a mi suegro le estaban cortando un dedo. Fue un caos saber que mi suegro estaba en el quirófano y, después, que no estaba la bebita”, recuerda la madre.

La pareja desconoce si sus otros dos pequeños, Jorge y José –de 11 y 8 años–, podrán pasar la Navidad en familia. Hace dos meses, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) los trasladó a un albergue y además existe un lío con los abuelos maternos, porque estos últimos pretenden la custodia de los menores, pero los padres no lo aceptan.

Este miércoles, Jorge sacó el día libre en su trabajo para ir al PANI de Heredia a preguntar por los niños, pero dice que no lo atendieron. Desde hace dos meses, los han visto solo una vez. Ese fin de semana, “estaban todos contentos, estuvieron patinando en medias dentro de la casa y les compramos pizza ”, cuenta Calvo.

“Yo no deseaba que llegara este mes. No podemos ir a una tienda y pedir una muñeca o ropa de chiquita porque no sabemos para dónde coger. Es muy duro porque no sabemos cómo esta ella.

”Uno sufre porque no la va a poder ver abrir sus regalos, y ahora menos sin mis hijos. Esto es muy duro. Estos dos días prefiero que me pongan una inyección y me duerman para no sufrir”, agrega Guzmán, de 30 años.

Mudanza. La pareja se pasó a vivir a Turrúcares de Alajuela hace un mes. Alquilan una casa y él trabaja en mantenimiento de contenedores. Decidieron irse de su barrio, en Santo Domingo de Heredia para evitar problemas con los allegados del sospechoso de llevarse a Yerelin, un primo de 24 años que hace cinco meses descuenta prisión preventiva. La medida vencerá el 15 de enero.

En la familia consideran que hubo más personas involucradas en la desaparición de la menor. “Yo siento que no es solo él (el primo), más personas están involucradas. ¿Quiénes? Yo no sé.

”Esto es peor que un duelo, porque uno se pregunta dónde está mi chiquita, quién la tiene, qué le estarán haciendo. Yo digo: ‘Diosito, devuélveme a mi nieta, muerta o viva’”, declara la abuela paterna, Rosario Benavides.

Calvo reconoció que el sospechoso no ha querido hablar con ellos y esperan con ansias la próxima audiencia de enero. Según cuenta, la discordia con los parientes del detenido ha sido fuerte, además, por una pugna por la propiedad de Heredia.

Dentro de la pequeña casa de techo bajo, en un sillón, esperan un par de juguetes de Yerelin. “¿Qué Navidad es esta? Esto no es Navidad. Como mis hijos me pidieron a mí, yo también pido y el regalo que quiero es Yerelin, que aparezca en la puerta, me diga papito, me abrace, juegue conmigo. Quiero darle un beso; el día que se perdió, yo no me despedí. Quiero verla crecer, hacerle su quinceaños, verla estudiar, igual que a mis hijos. ¿Por qué pasa esto con lo que uno más quiere?”, reclama, mirando al vacío, Guzmán.