Jefe policial duerme en una bodega en Desamparados

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El cielorraso tiene algunas láminas desprendidas, no hay ventanas; se encuentran cajas amontonadas donde se guardan uniformes, botas, agua y extintores, entre otros artículos.

Así es la bodega de la delegación cantonal de Desamparados, la cual también es el cuarto del jefe policial, Allan Herrera.

De acuerdo con Herrera, no le queda más que dormir ahí porque su casa queda fuera de San José y el edificio no cuenta con habitaciones. Los horarios de los efectivos son de una semana de trabajo y otra libre.

“Nosotros tenemos 240 oficiales. Ninguno de ellos puede dormir en esta delegación porque la infraestructura no lo permite. Tenemos problemas de aguas negras, atención al público, oficinas de trabajo que no podemos tener aquí, como la de violencia doméstica. No tenemos celdas”, dijo Herrera en una entrevista a La Nación .

El funcionario explicó que, en el transcurso de los años, han recibido muchas órdenes sanitarias, la última fue hace un mes por el virus del Zika porque en los patios tiene acumulados automotores decomisados que están amontonados.

Herrera reconoció que ese tipo de problemas puede afectar la motivación de los policías, los cuales se desempeñan en uno de los cantones donde se presenta mayor incidencia criminal.

“En esta delegación trabajamos con muchas ganas, pero en infraestructura estamos deficientes; ese tipo de problemas siempre incide en la motivación”, expresó Herrera, quien calificó esa delegación como la peor en infraestructura.

Esa sede fue construida hace 15 años y es propiedad del Ministerio de Seguridad, agregó.

Recientemente fueron pintadas las paredes del lugar, pero gracias a donaciones de los mismos oficiales.