Filóloga pierde ¢1 millón en minutos con timo del falso pago de impuestos municipales

Delincuentes la envolvieron en trama valiéndose de impedimento que sufre su madre

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Natalia, filóloga de 48 años, relata que el 17 de marzo del 2022 estaba a punto de terminar su labor de teletrabajo, cuando la llamaron para ofrecerle facilidades en el pago de impuestos que realizaba ordinariamente su madre, en la Municipalidad de Montes de Oca.

Como la mamá de ella había sufrido un derrame, situación que los delincuentes conocían porque minutos antes habían hablado con la señora, los sujetos le hicieron creer a Natalia que podían facilitarle los trámites con solo que llenara unos datos que le pedían y así su madre no tendría que realizarlos presencialmente.

Incluso, le dijeron que a su mamá le cuesta hablar y por eso ella cayó en la trama y cometió el error de entrar en la dirección que le enviaron mientras conversaban por teléfono. Una vez que tuvieron los datos que Natalia les dio, suplantaron su identidad, crearon una cuenta favorita y pasaron más de ¢1 millón que ella tenía ahorrados, producto de un trabajo que realizó durante más de mes y medio.

La conversación telefónica duró como 40 minutos, tiempo suficiente para que una tercera persona fuera a un cajero automático a retirar los fondos y perpetrar así la estafa.

Cuando ella notó que la página de la Municipalidad se caía, se percató de que era una estafa. Incluso poco después escuchó un mensaje de voz de su madre advirtiéndole que le habían hecho una llamada extraña, procedió a irse al banco a bloquear las cuentas y al día siguiente puso la denuncia en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

A partir de ahí comenzó a insistir en el OIJ y llevó copia de la denuncia al Banco Nacional, donde insistió hasta la saciedad para que le devolvieran el dinero, pues ella no fue la que creó la cuenta favorita que aparece a nombre de Linda Barrientos, donde, según el OIJ, se fue el dinero.

Pese a tener el nombre de la destinataria, resulta imposible rastrearla ya que, como es usual, se trata de testaferros que las bandas usan para crear cuentas a cambio de algún pago. Suelen ser habitantes de la calle o personas que nadie conoce en las barriadas donde aparece su residencia en el Registro Civil.

De un lado para otro

Desde sus primeros reclamos, a Natalia le dijeron en el banco que no le devolverán nada, al atribuirle a ella el error de ceder los datos que permitieron a los hampones crear la cuenta.

Según la víctima, a ella nunca le llegó la alerta sobre la creación de esa cuenta favorita y le extrañó la celeridad con que fue abierta y aprobada por el banco, así como la velocidad con que pasaron el dinero.

Luego de que transcurrieron los tres meses solicitados por la sucursal del banco en Montes de Oca para investigar su caso y no tener respuesta, se fue a averiguar y le confirmaron que no le podían devolver la plata.

Acto seguido, fue al departamento de investigación en las oficinas centrales de San José. Ahí le respondieron que el trámite correspondía a Montes de Oca, de modo que hizo una carta a mano en Servicio al Cliente y realizó una revocatoria (solicitud de reconsideración) ante la entidad bancaria, donde le insistieron en que la cuenta se creó con credenciales que erróneamente ella cedió y por eso no se hacen responsables de la sustracción.

Explicó que el banco se escuda en el hecho de que ella entró a un link que los mafiosos le mandaron por WhatsApp. “Yo entiendo que fue un error, pero a mí no me corresponde garantizar la seguridad de la plataforma. El Banco tiene mi dinero y no entiendo como es tan vulnerable”, dijo al agregar que nunca le notificaron si ella estaba de acuerdo en aprobar esa cuenta favorita.

Ella supone que cuando se crea una de esas cuentas hay varias horas para activarla, pero ese día fue algo inmediato, fueron pocos minutos y cree que hubo una manipulación de los tiempos, de modo que no tuvo ni siquiera chance de cerrarla.

La notificación del banco, diciéndole que pasó el dinero a Linda Barrientos le llegó mucho después, cuando ella estaba en camino a la entidad para bloquear la cuenta.

“Lo que me parece increíble es el método que usan para tener la información personal, llamar desde otra instancia y entrar a la página del banco”, acotó.

El mismo día en que fue al OIJ a poner la denuncia, había dos personas más en la fila por casos similares de ese mismo banco. Los investigadores le confirmaron que es abrumadora la cantidad de casos que reciben.

“Yo caí de ingenua, pero creo que la ingenuidad no me hace criminal”, afirma al aferrarse a la lucha por recuperar el dinero. Dice que debería visibilizarse más la cantidad de personas estafadas y formar un frente común para tratar de tener más ayuda.

Existen otros casos donde sin necesidad de una llamada telefónica las personas pierden su dinero. Se dan cuenta luego de que empiezan a recibir notificaciones sobre el uso de la tarjeta en comercios. A veces las entidades bancarias se han responsables, pero en muchos casos no ocurre así.

Diana Fuentes, administradora, afirma que tenía una tarjeta en la que manejaba pocos fondos, pues Aeropost la había advertido sobre el hackeo y por eso casi no la usaba. Sin embargo los ¢90.000 que tenía de repente se esfumaron en más de 60 compras pequeñas que alguien realizó. El sistema de detección del banco no funcionó y en ningún momento le alertaron. Afirma que en su caso, luego de varias gestiones, el Banco Nacional le devolvió el dinero, pero lo hizo en tractos que duraron cuatro meses.

Al esposo de ella le intentaron vaciar ¢100.000 de una cuenta, pero como el monto de la transacción que los delincuentes intentaron hacer era mayor, no les alcanzó. De igual manera, la tienda de electrodomésticos donde intentaron realizar la compra en línea no era frecuentada por él.

El Banco Nacional emitió la alerta y en este caso se pudo evitar el robo, pues se cerró esa cuenta y se le otorgó una nueva tarjeta al cliente sin costo alguno.