La delegación de San Pablo de Heredia está dentro de un espacio donado por el municipio de ese cantón hace 36 años.
Es un recinto de 65 metros cuadrados que alberga a 21 oficiales y dos trabajadores administrativos.
Benjamín Jiménez, el jefe de la delegación, recibió al equipo de este diario, pero antes de mostrar el lugar, prefirió hablar afuera, pues adentro no tiene ni espacio para recibir visitas.
En ese recinto, hace dos meses, se ordenó cerrar la cocina, luego de que Salud girara una orden sanitaria por las plagas de cucarachas y ratones.
Asimismo, a la par del comedor está un baño, el cual está bastante deteriorado y expele malos olores.
Esa sede sí tiene un cuarto para que duerman los policías, pero también se tuvo que cerrar por el hacinamiento.
Actualmente, debido al cierre, los policías tienen que ir a comer y dormir en la delegación de San Rafael.
“Es un edificio que a lo largo de los años no ha recibido un mantenimiento. El hacinamiento cada vez ha sido mayor”, agregó el jefe policial.
Jiménez indicó que la municipalidad les donó un terreno y espera que en el 2018 sea construida la nueva infraestructura.
Mientras tanto, la solución alterna es alquilar una casa.
Un proceso de licitación se lleva a cabo para elegir el lugar donde se deberá trasladar la sede.
“Ojalá que en meses podamos estar desplazándonos”, dijo.