Cuaderno en bodega registra apodos de cuatro constructores

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Guácimo, Limón. Un cuaderno que apareció en una bodega en la finca Río Perla, en La Argentina de Pocora de Guácimo, registra los apodos de cuatro constructores.

Los hallazgos los realizó un grupo de 56 agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que incursionó ayer desde las 2 a. m. a una montaña de difícil acceso, al sur del límite entre Guácimo y Siquirres, donde fueron localizados cuatro helipuertos.

El documento es un tipo de bitácora en que se indican las fechas y horas que cada uno de ellos habría trabajado, al parecer, en la construcción de una vivienda de cemento en el sitio. Figuran apodos como Negro, Rasta y Pana.

No se citó el cuarto.

En el lugar hay una vivienda de 75 metros cuadrados, que tiene una sala, dos dormitorios y la bodega anexa, donde había piso cerámico, grifería y manuales de herramientas de aviación.

También hallaron refrigeradores, congeladores, una lavadora, cargadores de celular, ropas tipo camuflaje, botas de hule, alimento empacado y una planta generadora de electricidad.

A 50 metros de esa vivienda en construcción, los agentes observaron una casa de madera abandonada, donde encontraron una decena de pichingas vacías.

Muy cerca de esa casa está el primer helipuerto, con medidas de 17 por 18 metros. En una esquina del campo estaban ocho pichingas más, vacías, y cuatro llenas de combustible, camufladas entre unas ramas de árboles.

Según el OIJ, las pichingas tenían residuos de ácido acético, usado como precursor para fabricar cocaína y heroína, por lo que sospecha que allí funcionaba un laboratorio para fabricar droga.

A 600 metros están dos helipuertos; en uno de ellos había un manteado que, al parecer, utilizaban para cubrir las aeronaves. También había un caballo.

Las autoridades decomisaron en este último punto unos 11 estuches de armas de fuego, cartuchos vacíos, 76 pichingas vacías y siete más llenas de combustible para aviones, tipo Jet A-1, así como dos baterías N-70 y N-50.

Entre la maleza, los agentes descubrieron dos pares de llantas (conocidas como patines) con las que, al parecer, movilizaban los helicópteros para esconderlos bajo el manteado.

A eso de las 10 a. m., algunos agentes escucharon un helicóptero aterrizar en la finca, pero rápidamente se fue del sitio.