Constructora se dejó dinero para local clave de Cruz Roja

Firma que no tiene bienes desacata orden de devolver ¢22 millones

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

---

La empresa constructora Corporación Masylka S. A. se dejó ¢22 millones que la Cruz Roja Costarricense le giró, desde hace siete años, para levantar el edificio del Comité Auxiliar de Parrita, Puntarenas.

Desde el momento del pago (21 de mayo del 2008), los representantes de la firma no respondieron a gestiones de la institución y también desacataron una orden del Juzgado Civil de Mayor Cuantía de Heredia, que el 6 de febrero del 2012 les ordenó devolver el dinero.

Tener un local en buenas condiciones en Parrita es vital para la Cruz Roja, no solo porque atiende a 18.305 habitantes del cantón, sino que, por su ubicación estratégica, les permite llegar con gran prontitud a los accidentes en la carretera Costanera, así como a las emergencias acuáticas frecuentesen las costas del Pacífico central.

Esta fallida construcción también generó que el año anterior la Fiscalía de la Cruz Roja abriera una investigación para determinar si algún personero incurrió en una falta en dicha contratación. El asunto fue elevado, recientemente, al Tribunal de Ética, el cual está en la redacción del fallo, que se espera quedará listo en dos semanas.

La pérdida de los ¢22 millones y un cuestionado convenio para poner GPS a un costo muy elevado en 600 vehículos de la entidad, fueron dos de las principales críticas a la gestión del expresidente de la Cruz Roja, Miguel Carmona Jiménez.

Este hombre, quien dirigió la entidad durante 35 años, renunció el pasado 25 junio, poco después de conocerse que esa institución tuvo un déficit por ¢2.126 millones durante el 2014.

Carmona no ha querido referirse a estos asuntos, pues alegó a La Nación que son objeto de una investigación interna.

Truncado negocio. La iniciativa para construir un edificio para la Cruz Roja de Parrita surgió en la década de los noventa, pues el local (ubicado en aquel momento cerca del puente sobre el río Parrita) se inundaba con frecuencia, recordó Olga Delgado Jiménez, quien se separó del Comité del cantón, desde el año 1995.

La dirigente comunal dijo que ya tenían el lote, pues el vecino del lugar, Carlos Monge, donó un terreno de 1.500 m².

Un exmiembro del Comité local, quien pidió no mencionar su nombre, dijo que otras personas hicieron donaciones en efectivo, el Comité logró partidas, mientras que con ganancias propias por traslado de pacientes, se tenían ¢35 millones para la obra.

El Comité de Parrita buscó tres cotizaciones de empresas para la construcción, que se encomendó a Corporación Masylka S. A. El contrato para la construcción lo firmaron el 18 de mayo del 2008, Miguel Carmona, por la Cruz Roja, y Karen Lilliana Carpio Bonilla, por la empresa Masylka, según consta en la sentencia de primera instancia número 11-2012, del Juzgado Civil de Mayor Cuantía de Heredia.

El convenio estableció que la obra (200 m²) tendría un costo de ¢28 millones, de los cuales la Cruz Roja daría un adelanto del 80% (¢22 millones) y el restante 20% cuando terminaran el edificio.

El 20 de mayo de 2008 se giró la orden al Comité de Parrita para que depositara la plata, hecho que se concretó al día siguiente.

Hellen Castillo Murillo, abogada de la Cruz Roja a cargo este proceso judicial, dijo que han hecho todas las acciones legales para lograr la devolución del dinero, pero sin resultado positivo. Agregó que tampoco lograron embargar propiedades, porque Masylka no tiene bienes.

Fernando Montero, especialista en Derecho Civil, dijo que cuando se firma un convenio para construir, el contratante, por lo general, exige al contratado una garantía de cumplimiento, como una propiedad o un bono.

“En caso de incumplimiento o porque la contratada se fue del país o el edificio se cayó, las garantías indemnizan los daños y perjuicios, pero, si no existen, simplemente, la Cruz Roja no va a poder cobrar”, manifestó.

La Nación intentó hablar con Karen Carpio de la empresa Masylka, pero no respondió los mensajes dejados con su esposo.

Obra se encareció. Idalberto González Jiménez, actual gerente de la Cruz Roja, expresó que la sede de Parrita opera de forma provisional en un contenedor, en el lote donde pretenden construir.

“El plan para construir se mantiene, solo que ahora tiene un costo de ¢272 millones. Tenemos ¢120 millones, nos faltan ¢150 millones, pero le puedo decir al pueblo de Parrita que la meta es que el edificio esté construido en el 2016”, manifestó González.

El funcionario confirmó que el Comité de Parrita está intervenido desde hace varios años y que la administración la tiene a cargo la Junta Regional de Puntarenas, de forma temporal.