Dos llamadas alertaron al Comando Norte de la Fuerza Pública de que estaban asesinando al policía Víctor Manuel Medina en su finca, en La Cruz de Guanacaste, meses después de haber capturado a dos supuestos líderes de un grupo narcotraficante.
Las alertas anónimas, efectuadas en días distintos, provocaron la realización de despliegues policiales hasta la casa del oficial, pero ambas resultaron ser falsas.
Así lo declaró ayer al Tribunal Penal de Pavas el policía, quien figura como testigo en el juicio contra la presunta organización narco, integrada por los mexicanos Rubén Martínez (54 años) y Elvis Mendoza (32) y el piloto guatemalteco Otto Monzón del Cid (62).
El debate contra los extranjeros se inició el 6 de febrero en los Tribunales de San José. Ayer, Medina salió de su casa a las 2:30 a. m. en una patrulla para declarar, pasadas las 9:30 a. m., por más de una hora, ante los jueces Álvaro Abarca, Alicia Salas y Gary Amador.
El policía aseguró que el mexicano Mendoza trató de sobornarlo con un viaje a México, con todo pagado, y que , aunque ellos no le pidieron que los dejara libres, esa era la intención.
El mexicano Mendoza aclaró que lo dicho por el policía es falso: “En ningún momento le dije que le ofrecía un viaje a México. No sé de dónde está inventando. Él, amablemente, nos dijo que nos haría una revisión hacia un puesto de control. Con mucho gusto fuimos y así fue. En el camino, nunca le mencioné un viaje a México y yo no iba de huida. Yo no estaba evadiendo los controles de Migración”.
Sospechas. Medina reveló que la sospecha por una mirada y un equipaje extraño lo llevó a la captura de los dos mexicanos, el 11 de octubre del 2010, cerca de la línea fronteriza con Nicaragua, en Peñas Blancas.
El oficial detuvo a Martínez y a Mendoza en la “aguja sur”, sobre una carretera en la que había varios furgones aparcados.
La detención ocurrió tan solo un día después de que la avioneta pilotada por Monzón se estrellase en La Uruca con 177 kilos de cocaína ocultos en sus alas.
Según dijo el policía, cuando el taxi, tipo pick-up, en el que iban los mexicanos pasó por la aguja, uno de los ocupantes lo volvió a ver con sorpresa y no le quitó la mirada.
Cuando a pocos metros se bajaron del vehículo para pasar las maletas a un triciclo, Medina observó que ese equipaje no era usual en esa zona, por lo que se acercó a pedirles los documentos de identificación y llevarlos al puesto de control.