Oso imponía el temor en Garabito a base de violencia

Banda habría desplazado a colombianos que dominaban ventas de droga en ese cantón puntarenense

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Ronny Danilo López González, conocido como Oso, adquirió notoriedad hace un mes, cuando las autoridades judiciales lo identificaron como el principal sospechoso de asesinar el 25 de enero al oficial de Fuerza Pública Bryan Josué Rivera Oviedo, durante una intervención policial en Las Parcelas de Herradura, en Garabito.

Desde entonces su nombre y su cara empezaron a circular en medios de comunicación. Se le señala como el cabecilla de una organización dedicada al narcotráfico y los homicidios que, mediante el uso de violencia y terror, dominó el mercado de aquel cantón del Pacífico

Se presume que el día que mataron al agente Rivera, la organización de Oso estaba torturando a Francisco Alfonso Mejía Díaz, de 31 años, quien había sido su mano derecha y encargado de sicarios. El cuerpo de este hombre y el de su novia, Alannis Daniela Menéndez, de 19 años, aparecieron el 28 del mes pasado en un acantilado en Bijagual de Garabito.

Según una fuente policial que prefirió mantenerse en el anonimato, se cree que Oso realizó todas estas acciones en presencia de su hijo de 14 años, quien también comienza a enfilarse en el mundo criminal.

Alias Oso, nicaragüense de 37 años, era conocido de las autoridades hace más de una década. Estuvo preso casi cuatro años, entre el 2013 y el 2016 por robo agravado y en los años siguientes acumuló ocho partes policiales por delitos que incluyen portación de arma de fuego, posesión de cocaína y marihuana, amenazas de muerte y agresión a una mujer, así como por condición migratoria irregular y deudas de pensión alimentaria.

Anyelo Hernández, a cargo de la Policía Municipal de Garabito, relató que durante los más de 15 años de existencia del cuerpo policial, se han identificado al menos tres grupos delictivos operando en la zona, algunos con presencia de colombianos y dominicanos.

Sin embargo, la banda de colombianos que controlaba el comercio de drogas en Jacó, Herradura y otras áreas turísticas al parecer fue desplazada por alias Oso, quien lleva más de un año en la región.

Como resultado de esas disputas territoriales, el 5 de noviembre del 2023, tres colombianos perdieron la vida en un tiroteo en el centro de Jacó. Se trató de Santiago Andrés González Caicedo, Rosemberg Rodríguez Caicedo y Luis Gabriel Godoy Mena.

Estos casos se suman a la investigación en curso sobre los restos humanos de tres o cuatro personas encontrados en los tanques de una finca en Las Parcelas de Herradura.

Randall Zúñiga, director del OIJ, afirmó que, además de los cuerpos encontrados, es posible que haya otro más, según la cantidad de huesos y análisis forenses realizados. Uno de los cuerpos estaba maniatado hacia atrás, con los ojos vendados y amordazado, lo que sugiere ejecuciones por ajustes de cuentas, como parte de la principal línea de investigación.

Mauricio Boraschi, fiscal adjunto, estima que con su captura, acaecida junto a cinco de sus secuaces, le devolverá a la población un poco de paz y abrirá canales para que esté dispuesta a colaborar con las autoridades. Mientras las investigaciones continúan, Oso descuenta seis meses de prisión preventiva.

La pobre respuesta policial abre caminos a grupos como el de Oso

El investigador Gerardo Castaing señala que los delincuentes suelen deshacerse de las víctimas para eludir la acción penal, ya sea quemándolas, enterrándolas o arrojándolas a tanques de agua, entre otros métodos. Por ejemplo, en 2015, en Goicoechea, la Policía descubrió una fosa con tres cuerpos.

Castaing añadió que esta situación se agrava con la falta de respuesta de la Policía, como sucedió cuando quemaron a dos adictos en en Herradura hace 13 años.

El investigador subrayó la necesidad de una intervención integral en la zona de Las Parcelas, donde decenas de personas residen en terrenos sin titular, incluyendo a extranjeros indocumentados. Esta área, con escasa vigilancia policial, se convierte en un terreno propicio para una escalada de violencia, como la que cobró la vida del policía. Además, estas organizaciones adquieren tal empoderamiento que llegan a amenazar a funcionarios públicos que podrían influir en su actividad delictiva.

Respecto a las bandas que siembran terror en barriadas, afirmó que esto ocurre en varios puntos del territorio, como Desamparados y el barrio Sinaí en Sabanilla de Montes de Oca, según casos recientes intervenidos por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Además, señaló que muchos policías están siendo amenazados en lugares apartados como la barra del Tortuguero en Pococí, y lo mismo sucede en zonas retiradas como Sierpe en Golfito, donde les advierten que serán asesinados si interfieren con sus operaciones. “La situación deja a los policías en un estado de terror cuando se enfrentan a tres o cuatro delincuentes en áreas remotas”, expresó.