Drake, Osa. El ingreso de agentes de la fuerza táctica del OIJ a una finca en Rincón de San Josecito, Osa, que había sido tomada por hombres armados, puso fin a una situación de crisis que comenzó desde el lunes en la madrugada.
Pero, al mismo tiempo, dejó en evidencia la falta de coordinación entre las autoridades, así como una pobre labor de inteligencia que otorgó al grupo sospechoso facilidades para que alrededor de 10 de sus miembros escaparan.
Cinco de las personas que tomaron la propiedad desplegaron ayer una manta con la leyenda “la paz es soberanía” para convencer a las autoridades de que sus intenciones no eran hostiles. Los policías los detuvieron de inmediato.
Estos confesaron a la prensa –minutos antes de su captura– que esperaban el arribo de las fuerzas policiales “en cualquier momento”.
Los agentes del Servicio Especial de Respuesta Táctica (SERT) del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) encontraron en la finca dos armas de balines, pero el director de la Policía Judicial, Jorge Rojas, aseguró –con base en el informe que le facilitaron sus subalternos– que allí hubo armamento de fuego.
Accidente. El fiscal general, Jorge Chavarría, se enteró de la situación de crisis “por casualidad”.
“Me di cuenta porque el OIJ desplazó la unidad táctica. Pregunté a qué se debía la movilización. Hablé con Francisco (Segura, subdirector del OIJ) y me dijo que la finca se iba a intervenir ayer (el miércoles)”, declaró el funcionario.
Pero el allanamiento no se llevó a cabo ese día. A Chavarría, el OIJ le informó de que el juez aún no había extendido la orden. El Fiscal aseguró que los agentes judiciales no la requerían para ingresar al campo abierto de la finca.
La noche del miércoles, el máximo representante de la Fiscalía advirtió al OIJ que el operativo se había dilatado.
Mientras eso tenía lugar, el grupo de sospechosos se redujo. El día cuando la finca fue tomada, el cuidador José Ángel Gómez (alias Chango) habló de 17 personas.
El miércoles, un equipo de La Nación observó entre siete y ocho individuos en el terreno. Ayer solo quedaban cinco.
Defendió el operativo. El director del OIJ, Jorge Rojas –por su parte–, sostuvo que no hubo tardanza.
“No podíamos ingresar a una propiedad sin antes verificar a quién pertenece. Además, no íbamos a poner en riesgo a nuestros agentes en tanto no manejábamos la cantidad de gente que podía estar ahí y el tipo de armas.
”Al hablarse de 19 personas, no podíamos ingresar a la carrera. Esa valoración nos tomó varias horas”, justificó el jefe policial.
El OIJ tampoco coordinó con la Fuerza Pública. Según Rojas, el trabajo era de inteligencia y no podía ser visible.
Aun así, debido a la información de los aterrorizados vecinos los policías procedieron a hacer cierres en la carretera principal: el martes en Rancho Quemado y el miércoles a la entrada de Drake.
Los agentes no tenían una noción del perfil de las personas que buscaban. “Estamos revisando porque el OIJ no pidió ninguna diligencia de ese tipo”, indicó Rojas.
Las autoridades desconocían ayer cómo salieron de la zona los otros sospechosos. La finca allanada es objeto de una pugna entre personas que reclaman ser dueños.