Bruce Stevens, un turista estadounidense, denunció haber sido asaltado el 15 de octubre por “piratas” mientras estaba en su velero, de 50 pies, en el mar frente a Quepos, Aguirre, Puntarenas.
La historia de Stevens fue publicada el jueves anterior en el sitio web del periódico The Log, un medio especializado en la pesca y navegación del sur de California, Estados Unidos.
El director de Guardacostas de Quepos, Marlon Aguirre, confirmó que el atraco fue en aguas nacionales, y él conoció del tema, pero la denuncia fue interpuesta ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que tiene a cargo las pesquisas.
Según relató Stevens a The Log, él estaba con su novia salvadoreña y su amigo Clark Nicholson cuando fueron abordados por seis “piratas”, quienes estaban fuertemente armados con escopetas y pistolas.
Silenciosos. “Ellos (los asaltantes) hicieron una entrada silenciosa a nuestro velero, y venían en un taxi acuático”, dijo Stevens.
Los piratas ataron a las tres personas con cinta adhesiva y alambres, para saquear el barco.
“Ellos pensaron violar a mi novia, pero ella le dijo al líder de los asaltantes que ella tenía cuatro hijos, y decidieron no hacerle nada”, aseguró Stevens.
Durante unos 90 minutos lograron sustraer tres computadoras, tres teléfonos celulares, dinero en efectivo (monto no especificado), dos lámparas de mano, una fotocopiadora y toda la electrónica del barco, informó el diario. Stevens explicó que la pérdida se estima en $12.000, y dijo que no tiene seguro para cubrir el robo.
El atraco ocurrió cuando los tres tripulantes veían una película bajo la cubierta del yate, a las 7:30 p. m. Aguirre indicó que él recibió la llamada de alerta sobre el asalto a una embarcación cerca del muelle casi dos horas después, a las 9 p. m.
Los extranjeros se dedicaban a cruzar la región del Pacífico en el velero, llamado Two Amigos, y procedían del puerto Dona Point, en el sur de California.
Liberados. “Cuando los sujetos se iban a ir, nos liberaron. Inflamos un bote pequeño para llegar a tierra y recuperar el motor que los ladrones nos quitaron porque lo dejaron botado en unas rocas, ya que era demasiado pesado, y lo recuperé”, explicó Stevens.
El extranjero dijo que denunció el hecho ante las autoridades costarricenses. “La Policía fue cooperativa, pero no tengo fe en que puedan recuperar lo que me robaron”, dijo Stevens al diario.