Un tico en misión encubierta

Jefe del cartel de Cali lo habría invitado a su cumpleaños

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Era como vender el alma al diablo: ganar mucho dinero a cambio de servir de testaferro para el cartel de Cali y poner sus empresas a entera disposición de la organización.

Antonio Danilo Carmona Ocampo, quien había sido policía antidrogas, no lo pensó dos veces. Se percató de que esa oferta podría ser valiosa en la lucha contra el narcotráfico y decidió ponerse en contacto con la DEA (Agencia de Lucha Antidrogas estadounidense).

Así describe Róger Segura Carmona los inicios, hace unos cinco años, de las misiones secretas de su hermano mayor, que a partir de esa oferta, se convirtió en colaborador encubierto de la DEA. Su misión: dar con los jefes del cartel de Cali, fugitivos de la justicia colombiana.

El hombre de la proposición, según Segura, habría sido Rhadamés Trujillo Martínez, hijo del exdictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo (1930-1961).

Trujillo hijo, de 53 años, había vivido en Costa Rica como exiliado y luego se asentó en Panamá, donde -según informaron agentes de la DEA a Segura- se consolidó como la mano derecha de los Rodríguez Orejuela, jefes de la organización narcomafiosa caleña.

Hace una semana, tres oficiales de la agencia estadounidense visitaron la vivienda de Segura para comunicarle el destino de su hermano, desaparecido junto con su esposa, Emilia Fallas Araya, desde el 14 de agosto de 1994 tras viajar a Cali.

Los agentes le dijeron que un importante testigo, exmiembro del cartel, aseguró haber presenciado la ejecución de los ticos y la de Trujillo en manos de sicarios de Miguel Rodríguez Orejuela, segundo jefe del grupo.

El "ajusticiamiento" aparentemente se produjo en agosto del año pasado, en una finca llamada "La casa de la muerte", ubicada al norte del departamento del Valle, al cual pertenece la ciudad de Cali.

El motivo: los capos descubrieron las verdaderas intenciones de Carmona luego de que fracasó, en mayo del año pasado, un envío de casi 5.000 kilos de cocaína con ruta Panamá- Estados Unidos.

Cumple años el capo

Según dijo la DEA a Segura, Trujillo también había perdido la confianza de los Rodríguez, particularmente la de Miguel. Sospechaban de él porque los últimos cargamentos llegaban a su destino con menos droga de la que se había embarcado. Además, temían que los hubiera traicionado con la policía.

De pronto, llegó la invitación que los conduciría a la muerte. Trujillo y Carmona fueron convocados a la celebración de cumpleaños del propio Miguel Rodríguez, en su guarida en Cali. "Ellos --los narcos-- insistieron en que Antonio llevara a su esposa", comentó Segura.

Emilia, que de acuerdo con la DEA desconocía el trabajo encubierto de su esposo, alistó maletas y partió con Carmona hacia Cali, Colombia, el 12 de agosto de 1994. El regreso estaba planeado para el Día de la Madre, el 15 de agosto, pero nunca volvieron.

Una fuente confidencial en Santafé de Bogotá, Colombia, aseguró a La Nación que hace diez días finalizó una búsqueda de restos en "La casa de la muerte", donde aparte del asesinato de los ticos y Trujillo, se han producido 40 más.

Un equipo de oficiales de la DEA y policías colombianos, con la ayuda de perros especialmente adiestrados, buscó insistentemente por las 2.000 hectáreas, pero "lo único que se encontró fueron los huesos de una vaca", comentó el informante.

Cargos en Colombia

Según la información que se maneja en Colombia, la búsqueda en "La casa de la muerte" inició a raíz de las confesiones que hizo Guillermo Pallomari, jefe contable del cartel de Cali, quien se entregó hace unos dos meses a las autoridades estadounidenses, luego de que el narco ultimó a su esposa en Cali. Pallomari, de origen chileno, es considerado el testigo más importante para establecer cargos contra los capos caleños.

El testigo, que asegura haber presenciado los homicidios, habría identificado a Antonio y a Emilia cuando las autoridades estadounidenses le mostraron una fotografía de la pareja, suministrada por la familia. Todavía no se tiene certeza sobre la forma cómo habrían asesinado al matrimonio costarricense.

Segura manifestó también que, según la DEA, de comprobarse el asesinato de su hermano, su cuñada, Trujillo y cerca de 40 personas más, "la fiscalía de Colombia podría atribuirle cargos de homicidio a Miguel Rodríguez Orejuela". Cargos que contemplan prisión por hasta 60 años por cada crimen. La familia de Antonio maneja la hipótesis de que el colaborador encubierto fue delatado por alguien en Costa Rica que conocía muy bien sus operaciones. Adelantaron que llevarán las indagaciones hasta las últimas consecuencias.

La DEA, por su parte, baraja varias posibilidades:

Que conocideron su identidad por intervenciones telefónicas; Que, simplemente, los narcos no quisieron tomar el riesgo de dejarlos vivir por la información que poseían y por desconfianza. Que alguien traicionó a Antonio.