Puntarenas. Un individuo detenido ayer jueves como sospechoso de dedicarse a vender drogas vivía en medio de lujos en barrio Chahuite en El Roble de Puntarenas.
El implicado a quien ni vecinos ni el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) se le conocía trabajo estable, habitaba en una amplia residencia y usaba un vehículo doble tracción. Tampoco, el investigado de apellido Araya, de 33 años, aparece inscrito como patrono ante la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) .
Precisamente, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Puntarenas lo arrestaron durante seis allanamientos ejecutados a las 4 a. m. junto con su esposa de apellido Sirias, de 29 años, su suegra también de apellido Sirias de 53, un hermano de 36 y tres colaboradores apellidados Murillo (24), Carranza (24) y Alvarez (32).
Los detenidos fueron puestos durante la tarde a la orden del Ministerio Público de Puntarenas para sean indagados. Posiblemente hoy se realice una audiencia donde la fiscalía pida prisión preventiva.
Antecedentes. Según la información oficial, Araya había sido detenido, junto con otras 12 personas en abril del año 2009 por agentes de la Policía de Control de Drogas (PCD) por presuntamente dedicarse a la venta de marihuana.
Sin embargo, por razones que no fue factible conocer ayer, Araya y las otras personas obtuvieron la libertad.
Debido a que ciudadanos de nuevo lo denunciaron por presuntamente estar involucrado en el narcotráfico, agentes del OIJ de Puntarenas, comenzaron hace seis meses a investigarlo.
Durante este lapso de tiempo le realizaron vigilancias, seguimientos e hicieron compras controladas en casas vecinas donde vendían marihuana, cocaína y crack.
La Policía Judicial informó que nunca pudieron observar que la casa de Araya la usaban para vender estupefacientes.
Luego de contar con suficiente evidencia, los agentes del OIJ en conjunto con el Ministerio Público realizaron seis allanamientos tanto en Puntarenas como en Quepos.
En la acción policial se detuvo a siete sospechosos de integrar la organización. Asimismo, en dos de las casas se decomisó marihuana (medio kilo en cada una de ellas), lo que hace presumir a las autoridades judiciales que podrían estar negociando hasta tres kilos de esa droga por semana.
En otra residencia se ubicó el motor de una panga, que fue reportado como robado el 3 de setiembre en Manzanillo de Puntarenas. Está valorado en ¢3,5 millones.
La Policía decomisó un vehículo doble tracción, una motocicleta pistera, así como muebles, esculturas de mármol, pantallas, electrodomésticos y dinero en efectivo.