Las dos toneladas decomisadas este miércoles en un semisumergible en las costas de Flamingo, en Santa Cruz, Guanacaste, fueron cargadas en un camión que se quedó varado este jueves 19 de enero cuando circulaba por las cercanías del peaje de Escazú, en la ruta 27.
La información del desperfecto mecánico fue confirmada por el propio Ministerio de Seguridad, que se encargaba del traslado y custodia de la droga.
“El cargamento de aparente marihuana decomisado ayer por las autoridades de Seguridad Pública en todo momento se mantuvo custodiado por los oficiales de la Policía Control de Drogas, la Unidad Especial de Apoyo, el Servicio Nacional de Guardacostas y la Fuerza Pública. El vehículo sufrió un desperfecto mecánico, por tal razón se hizo el transbordo de dicho cargamento a otro camión oficial. Esta droga ya fue entregada a la bodega judicial, tal y como corresponde en estos casos”, respondió la oficina de prensa ante consulta de La Nación.
Si se considera que un kilo de marihuana se comercializa en Costa Rica en ¢500.000, la carta decomisada podría rondar los ¢950 millones, pues el recuento determinó que a bordo del semisumergible iban 1.990 kilos de picadura.
Este caso trascendió el miércoles pasado, cuando la Policía confirmó la detención de la nave a 53 millas náuticas (98 kilómetros) de la costa gracias a trabajos de inteligencia entre las policías de Costa Rica y Colombia. Tras una persecución en la que participaron personeros del Servicio Nacional de Guardacostas, Fuerza Pública, la Policía Control de Drogas (PCD), así como oficiales y una aeronave del Servicio de Vigilancia Aérea, el semisumergible fue detenido.
A bordo viajaban dos ciudadanos nicaragüenses y un costarricense que, según indicó Martín Arias, viceministro de Seguridad, habrían estado presos en una cárcel en Colombia por delitos de narcotráfico y que habrían aprovechado una fuga masiva en días recientes.
Los dos extranjeros responden a los apellidos Queen Duncan, de 38 años, y Aguirre López, de 21 años, mientras que el costarricense es de apellidos González Grendlyn.
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Los semisumergibles son conocidos como embarcaciones de bajo perfil (LPV por sus siglas en inglés). Se les llama así, porque, una vez cargados con la droga, navegan entre 10 a 20 centímetros sobre el nivel del agua.
Tienen entre 15 y 20 metros de eslora (largo) y una autonomía de entre 6 y 10 días. En su interior pueden viajar hasta tres tripulantes. Se mueven a 25 kilómetros por hora con dos o tres motores de gasolina.
Las características de estas naves las convierte en muy difíciles de detectar en el agua, pues por el color se confunden con las olas y al no tener nada que sobresalga, no la divisan los aviones de reconocimiento, ni tampoco son identificados por los radares.
Algunas, en otras naciones, han sido descubiertas por radares infrarrojos.
Semisumergibles como herramienta narco
Estos dispositivos, construidos en fibra de vidrio, se camuflan en las aguas oceánicas y facilitan el tráfico ilícito de drogas.
FUENTE: SERVICIO NACIONAL DE GUARDACOSTAS. || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.