Avionetas narcos burlan los radares al volar bajo

Pilotos fallecidos en Nicoya eran de Chihuahua, dicen diarios mexicanos

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Las avionetas que se dedican al transporte de droga vuelan a una altura máxima de 500 pies (152 m), generalmente cerca de la costa y, además, apagan un instrumento llamado transponder para evitar ser detectados por los radares.

Así lo dio a conocer Enio Cubillo Araya, director de Aviación Civil, luego de que, la semana anterior, se estrellara una avioneta en Nicoya y otra apareciera enterrada en Quepos. Ambas ingresaron, de manera ilegal, a suelo costarricense.

Cubillo advirtió de que el país sí cuenta con radares que cubren todo el territorio, pero admitió que los instalados en el aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, no pueden captar las naves que pasan detrás de una montaña (cerca de las costas del Pacífico o el Caribe). “Ellos se aprovechan de las imposibilidades de los radares para hacer sus actuaciones ilícitas”, dijo.

El funcionario explicó que en el caso de las aeronaves que hacen servicio lícito y vuelan a zonas costeras a menos de 4.500 pies (1.371 m), las que tampoco son captadas por los radares, estas se comunican vía radio.

Precisó que aspiran a subsanar esta deficiencia con la instalación del radar en la Isla del Coco, el cual está próximo a entrar en funcionamiento.

Para el director de Aviación Civil, efectuar vuelos de baja altura y utilizar pistas clandestinas propicia que sucedan accidentes como el del jueves en Nicoya, en el cual murieron calcinados sus dos ocupantes.

Enio Cubillo rechazó que a la entidad a su cargo le corresponda investigar las pistas clandestinas. “En Aviación Civil tenemos el registro de las pistas lícitas; muy probablemente ese mapeo lo lleven otras autoridades”, dijo.

Avances de pesquisas. Diarios mexicanos del estado de Chihuahua, en la frontera con Estados Unidos, informaron este fin de semana de que los ocupantes de la aeronave siniestrada en Nicoya eran originarios de Hidalgo del Parral, uno de los 31 municipios de Chihuahua.

Los identificaron como José Ramiro Carrillo e Iván Sánchez. El dato lo atribuyen a que las familias dieron a conocer sus decesos mediante redes sociales.

Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), todavía este lunes ninguna persona se había presentado a la Morgue Judicial, en San Joaquín de Flores, Heredia, a reclamar los cuerpos.

Marisel Rodríguez, vocera de prensa de la entidad, dijo que los detectives continúan con las pesquisas para determinar posibles nexos de costarricenses, tanto con el caso de Nicoya, como con la otra nave hallada en Quepos.