Dos adolescentes de 13 y 17 años fueron capturados este martes durante los allanamientos para desarticular una banda narco que vendía estupefacientes en Desamparados, al sur de San José.
Según un reporte del Ministerio Público, durante la noche del 10 de julio los agentes de la Sección de Estupefacientes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizaron cuatro incursiones en El Huaso de Desamparados, San Francisco de Dos Ríos y Hacienda Vieja de Curridabat.
Producto de los operativos cayeron cuatro hombres, con edades entre los 23 y 30 años de edad, y los dos menores.
De acuerdo con Walter Espinoza, director general del OIJ, las viviendas del grupo en San Francisco de Dos Ríos y Curridabat eran utilizadas como bodegas de almacenamiento, mientras que la propiedad en Desamparados servía como punto de narcomenudo.
El rol de los sospechosos dentro del grupo delictivo no ha sido aclarado por la Policía Judicial, por lo cual no se sabe si los adolescentes están relacionados con algún hecho criminal.
No obstante, los cuatro adultos, que responden a los apellidos Quesada Aguilar, Reyes Castro, Calvo Cordero y Fonseca Valverde cuentan con diversos antecedentes como trafico de drogas, robo agravado y amenazas.
El OIJ se precisó que la banda solo operaba en horas de la noche, posiblemente con la intención de minimizar las sospechas.
Los menores fueron puestos a las órdenes de la Fiscalía Adjunta Penal Juvenil, donde fueron indagados y luego liberados. "Mientras tanto se les investiga dentro del expediente 18-000524-0623-PJ para determinar si tenían algún tipo de participación en la actividad delictiva", indicó el Ministerio Público.
Por su parte, la audiencia de medidas cautelares en contra de los cuatro hombres está prevista para este jueves a las 8:30 a. m.
Durante los allanamientos, los agentes pudieron decomisar diferentes tipos de droga como crack (749 dosis y 250 gramos), cocaína, ketamina y marihuana (tres libras) tanto lista para el consumo como sin procesar. También se incautaron de armas de fuego y municiones, celulares, un vehículo y más de ¢7 millones.
El OIJ destacó que la investigación empezó en abril de este año y pudo llevarse a cabo gracias a las denuncias confidenciales de vecinos, ellos reportaron movimientos extraños en las diferente viviendas. Según Espinoza, el grupo tenía aproximadamente un mes de operar en el inmueble ubicado en Curridabat.