Mujer hallada junto a tomatal falleció por asfixia, dice OIJ

Policía descarta que restos sean de alguna de 8 mujeres desaparecidas

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La mujer asesinada a la entrada de una plantación de tomate, en Santo Domingo de Heredia, murió asfixiada por sofocación, determinó la Medicatura Forense.

Las autoridades aún no logran identificarla.

Ayer los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Heredia descartaron que se trate de alguna de ocho mujeres desaparecidas, entre estas, una vecina de Upala, Alajuela, y otra de Guanacaste.

“Hasta ahora, de las personas que han consultado –por algún familiar desaparecido–, ninguno coincide con las características de esta mujer”, informó el director del OIJ, Jorge Rojas.

El cadáver yacía junto a un montículo de cañas, a escasos cinco metros de la calle paralela a la ruta 32, en barrio El Socorro, en San Miguel de Santo Domingo.

Descripción. La víctima medía 1,72 metros y pesaba 47 kilos. Estaba desnuda, pero a pocos metros las autoridades hallaron un jeans y unas sandalias blancas.

El asesino en apariencia utilizó la blusa (negra) para ultimar a la mujer, quien además –de acuerdo con Rojas– era de pelo lacio y piel blanca.

“Estimamos que tendría entre 25 y 35 años”, afirmó Rojas.

La desconocida cuidaba su apariencia física. Las uñas de los pies estaban pintadas de rosado –con una franja blanca en el borde– y en ellas destacaba un pequeño detalle: una rosa blanca.

En el momento del hallazgo tendría entre 48 y 60 horas de fallecida. Al estar expuesta a la intemperie y al frío, el proceso de descomposición de los restos se aceleró.

Las autoridades sospechan que la mujer tenía una actividad poco llamativa, pues hasta ahora nadie ha cuestionado su ausencia. “Quizás vivía sola o tenía una ocupación que le permitía ausentarse sin llamar la atención”, explicó uno de los agentes.

En el tomatal trabajan 20 peones, entre ellos el que dio con los restos por accidente cuando se acercó a la pila de cañas, pues le encargaron la tarea de reparar una cerca. Todos alegaron no haber visto nada extraño. Dentro del tomatal duerme un vigilante.

El OIJ solicita ayuda mediante los teléfonos 2295-3311, 2277-0342 u 800-8000-OIJ (645).

Otra muerte. El cadáver no estaba lejos del sitio donde aparecieron los restos de Anita Guadamuz Arias (32 años), otra mujer estrangulada, quien fue lanzada por la pendiente del barrio El Socorro. Esta última, quien se ganaba la vida como bailarina en centros nocturnos, también tardó en ser reconocida, pues de su desaparición no existía denuncia.

La asesinaron el 5 abril del 2003. Su cuerpo yacía en una bolsa cerca del río Tibasito, afluente del río Virilla. Carlos Martínez, un lugareño, encontró el cadáver.

“Yo tengo sembradíos cerca del puente colgante. Bajaba por la ladera cuando vi que de una bolsa salían unos dedos.

“En ese momento pasaba un carro de la morgue. Los llamé y les dije: ‘Yo creo que hay un cuerpo ahí’”, rememoró el martes, cuando se acercó al tomatal al escuchar rumores sobre un nuevo crimen. Colaboró el periodista Carlos Arguedas C.