Una empleada de un banco en San José denunció que un ebanista de 39 años y apellido Sossa le tocó sus partes íntimas en la vía pública al menos dos veces el jueves pasado.
El juicio por este caso comenzó ayer en el Juzgado de Flagrancia en Goicoechea. La fiscala Shirley Solís lo acusó de cometer dos delitos de abuso sexual contra una mujer de 25 años.
Los hechos, supuestamente, ocurrieron a eso de las las 11 a. m. en las inmediaciones del parque Central y la plaza de las Garantías Sociales, en San José.
Al parecer, Sossa abordó primeramente a la víctima por detrás, cerca del parque Central, donde le tocó la entrepierna y el glúteo izquierdo, mientras él hablaba por celular.
Ante el disgusto de la mujer, el hombre, según la denuncia, le pidió a la mujer que lo disculpara y continuó su camino.
Después de eso, la mujer caminó hacia un cajero automático para retirar dinero.
Al salir, el mismo sujeto la siguió nuevamente hasta una esquina de la plaza de las Garantías Sociales, donde, de manera repentina, le subió la enagua y le tocó la vagina y las piernas.
Ayer, el imputado decidió guardar silencio en la audiencia tras escuchar la acusación. En el juicio declaró la víctima, una testigo y un oficial de la Fuerza Pública que detuvo al individuo.
Sombrillazos. Una mujer de 48 años, de apellido Gutiérrez, declaró en la audiencia celebrada ayer que ella defendió a la mujer cuando se dio cuenta de los abusos sexuales.
Gutiérrez relató que golpeó al sujeto en varias ocasiones con una sombrilla de la víctima, tras presenciar el abuso sexual en la plaza de las Garantías Sociales.
“Lo quería despedazar porque me dio mucha cólera cuando tocó a esa mujer. Sí, le di 25 sombrillazos, pero fueron pocos. Lo esperé de frente y le di unas cuantas patadas”, relató la testigo.
El Código Penal (artículo 162) castiga con prisión entre dos y cuatro años a quien abuse sexualmente de una persona mayor de edad.
El juez de flagrancia, Hugo Vargas, fijó para hoy a las 5:45 p. m. la lectura de la sentencia.